¿El fin de Al Assad?

¿El fin de Al Assad?
por Joaquín Fermandois
Diario El Mercurio, Martes 21 de Febrero de 2012   
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/02/21/el-fin-de-al-assad.asp
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Hace poco más de un año titulaba una columna con la misma pregunta, referida a Hosni Mubarak. No me las daba de profeta, entre otras razones porque nuestro tiempo le robó todo suelo a la profecía, devenida en labor de adivinadores comerciales. Lo sucedido en Egipto ha mostrado la dificultad de hallar nuevas formas políticas con tantos intereses encontrados y falta de práctica. Por eso, si se desmorona o no el régimen de Al Assad -un sistema patrimonial, el Estado es de una familia extendida-, lo sucedido prueba por enésima vez que los regímenes dictatoriales son fuertes y débiles a la vez, entre otros porque descansan en las personas, con prescindencia de las instituciones. Cada cierto tiempo se instaura una satrapía tras una revolución más o menos violenta. Así fue en Irak y Siria, hasta que la oleada fundamentalista que siguió a la revolución iraní puso en jaque a sistemas seculares y a monarquías. En todo caso, Assad tiene más ases en la mano que los que mantenía Mubarak, entre ellos una brutalidad desmesurada, con abundancia de testimonios en 40 años.
La llamada "Primavera árabe" parece de un talante diferente. Primero, no da la impresión de haberse originado en un impulso de fundamentalistas, aunque éstos la puedan capturar en un segundo momento, siguiendo la lógica revolucionaria de carrera al extremo. Segundo, no parece ser en primer lugar una expresión antioccidental; no es propiamente liberal, pero al dar voz a la cólera ante la arbitrariedad y la corrupción, exhala un aire que puede nutrir a una cultura más liberal. Tercero, no parece primariamente antisionista o antiisraelí, aunque por cierto no va a cambiar los sentimientos árabes hacia el conflicto del Medio Oriente; la frustración va dirigida contra las condiciones en el interior de cada uno de esos países.
¿Se desarrollarán democracias a partir de esta "Primavera"? Quizás. Las migraciones y el turismo algo contribuyeron a que la cultura política democrática tenía que arribar a las costas meridionales del Mediterráneo. Pero de ahí a que vaya a existir un desarrollo democrático, es harina de otro costal. Desde luego, nada dice que esto no vaya a brotar en otros países como Arabia Saudita y los Emiratos, aliados de Occidente y sociedades con otro tipo de organización política, basados en la fuerza de amplísimas familias reinantes. En suma, no dejan de ser "dictaduras" si de lenguaje oficial se trata, aunque Jordania ha sido una monarquía absoluta relativamente ilustrada bajo la dinastía hashemita del gran Hussein II y del actual Abdallah.
En fin, hay que poner de relieve que jamás ha habido genuina democracia en el mundo árabe, aunque sí la hay hasta cierto punto en el mundo islámico. La muy relativa excepción, Líbano, produjo entre 1975 y 1990 una guerra civil salvaje, en un pueblo que no es salvaje. Si en 200 años de historia republicana en América Latina la democracia ha sido y es un arduo camino, la "Primavera árabe" no rendirá frutos de la noche a la mañana. Podrá ser el inicio de un camino si en los próximos 100 años el modelo de democracia mantiene vitalidad en Europa -en último término, la fuente originadora de la república moderna.
Entretanto, sin saber cómo se desenvolverán las cosas en Siria, por ahora ojalá no haya intervención occidental, nada que vaya más allá de sanciones y, quizás, de resguardo de una zona de exclusión para refugiados. Y algo que se ha dicho poco: hasta la empresa más noble se envilece con una ejecución como la de Saddam Hussein, o, más atrás, la ejecución del matrimonio Ceausescu en Rumania, en 1989, o la horrible forma con que recientemente se dio muerte a Gaddafi.

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