En Francia residen 500 mil ciudadanos de ascendencia armenia. Cabe, en todo caso, preguntarse qué pensarían los franceses si los turcos aprobaran una ley que exigiera a Francia confrontar la verdad sobre las atrocidades cometidas durante la guerra de liberación nacional argelina, en que murió cerca de 1 millón de personas.
El Parlamento francés viene de aprobar, en ambas cámaras, una ley que sanciona con un año de cárcel y una multa de 28 millones de pesos negar el genocidio armenio. En Turquía fueron asesinados más de 1 millón de ciudadanos armenios durante la Primera Guerra Mundial. El tema despierta violentas pasiones entre los turcos. El premio Nobel Orhan Pamuk fue llevado ante los tribunales por proclamar: “Lo repito, lo digo claro y fuerte, que 1 millón de armenios y 30 mil kurdos han sido asesinados en Turquía”. El juicio provocó más debate fuera de la corte que dentro de ella. El juicio se tornó en un punto de fricción para el ingreso de Turquía a la Unión Europea. En definitiva, el escritor fue exonerado por la corte de todo cargo.
El asesinato de cientos de miles de armenios no está en discusión. El debate gira sobre si se trató de un genocidio o una serie de matanzas. Es una distinción importante.
Uno de los generales del dictador Adolfo Hitler le preguntó cómo enfrentarían las acusaciones frente al planificado Holocausto de millones de judíos. Hitler respondió con una pregunta: “Después de todo ¿quién habla hoy de los armenios?”. Cuán errado estaba el genocida nazi. Los armenios no están olvidados y en lo que toca a Alemania ha debido vivir bajo la sombra y la vergüenza de crímenes aberrantes.
El genocidio es el peor de los crímenes contra la humanidad. Consiste en el esfuerzo deliberado y masivo por exterminar a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Es un concepto acuñado en Estados Unidos durante la SegundaGuerraMundial y compuesto por dos palabras de lenguas clásicas: del griego la palabra genos, que significa raza o tribu, y la palabra cide del latín que significa matanza. Entonces se buscaba describir lo que ocurría enla Alemania nazi.
Y a propósito de la importancia de la historia y de no tolerar precedentes nefastos vale la pena evocar el siguiente episodio: uno de los generales del dictador Adolfo Hitler le preguntó cómo enfrentarían las acusaciones frente al planificado Holocausto de millones de judíos. Hitler respondió con una pregunta: “Después de todo ¿quién habla hoy de los armenios?”. Cuán errado estaba el genocida nazi. Los armenios no están olvidados y en lo que toca a Alemania ha debido vivir bajo la sombra y la vergüenza de crímenes aberrantes.
La versión oficial turca sobre la suerte de los armenios señala que las víctimas no fueron tantas. Además no cabe hablar de genocidio pues nunca hubo la intención de exterminarlos. Lo ocurrido fue que muchos armenios colaboraron con los rusos, enemigos de Turquía, durante la Gran Guerra. Por ello fueron combatidos y expulsados de sus aldeas próximas a la frontera rusa. Las marchas forzadas resultaron fatales y los pobladores arreados como ganado, sin alimentos, fueron atacados por otras poblaciones. Así muy pocos llegaron a destino. Concluida la guerra, algunos oficiales turcos fueron juzgados por su propio país.
En los círculos de poder turcos hay una gran irritación por la decisión del parlamento francés. Creen que la decisión responde a los intereses de ciertos políticos galos a pocos meses de la elección presidencial. En Francia residen 500 mil ciudadanos de ascendencia armenia. Cabe, en todo caso, preguntarse qué pensarían los franceses si los turcos aprobaran una ley que exigiera a Francia confrontar la verdad sobre las atrocidades cometidas durante la guerra de liberación nacional argelina, en que murió cerca de 1 millón de personas.
Ni para los armenios, los kurdos, los argelinos y tantos otros pueblos hay ni habrá una reparación para las atrocidades cometidas en su contra. Pero lo menos que pueden exigir es castigo para los que niegan su justificado dolor.
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ResponderEliminarRaúl Sohr
Periodista y analista internacional