Especial Outdoor


Artículo correspondiente al número 312 (4 al 17 de noviembre de 2011REVISTA CAPITAL)
Cuando a estas alturas del año la palabra vacaciones es lejos la más deseada, nosotros le ayudamos a tomar la difícil decisión de a dónde partir. Aquí, Capital presenta su especial outdoor.
Los mejores destinos en el extranjero –si quiere mandarse cambiar lejos; o bien, no salir del continente– con playas, excursiones, experiencias exóticas, silencios o fiestas. Y las maravillas de Chile también están presentes: una selección de lo mejor de nuestro país, con hoteles de lujo, campamentos y lugares ideales para descansar la mente y el cuerpo.
Hay chilenos que consagraron su vida a la aventura: alcanzando cumbres, navegando por aguas congeladas, buscando algún rincón inexplorado en la tierra. Conózcalos. ¿Quiere comprar un auto ad hoc para el viaje? Los mejores 4x4, al detalle. ¿Necesita sentirse outdoor? Bueno, ocho páginas de productos para solucionar el asunto. Por Sergio Paz.

 
Especial Outdoor:
Chile Existe
Los íconos de la aventura
Realeza todoterreno
Lo mejor de lo mejor




Últimos tesoros de la tierra
¿Quiere bucear entre tiburones? ¿O recorrer las profundidades en un cómodo submarino? ¿O quizá prefiere un safari de tigres en India? ¿O simplemente disfrutar la mejor y menos conocida playa de Brasil? Un paseo por los destinos más calientes y exclusivos que ofrece el turismo aventura de lujo. Para paladares –y ánimos- exigentes.

Villa Bulgari:
BALI A SU PROPIO RITMO

Ahí enfrente está el Índico: todo envuelve, acaricia, seduce. Y cómo no, si ha llegado a la bien llamada “isla de los dioses”. La isla que hizo engordar a Julia Roberts; la isla que, dicen, tiene la mayor concentración de spas del mundo y, por lo mismo, la que no pocos buscan para casarse cuando lo que se quiere es una boda chic/outdoor.

Frente a la cama, en la piscina, cae el sol y por los parlantes Bang & Olufsen suena una cadenciosa música tribal. Es el momento en que le avisan que su chef privado está por llegar y, mientras tanto, puede pedir otro masaje.

Bien hecho: está en Bali, pero no en cualquier parte de Bali sino en la exclusiva Villa Bulgari, donde todo es una joya. No por nada una noche aquí cuesta seis mil dólares. Y más.

Se sabe: tras la muerte de Sotirios Boulgaris -el joyero griego de Paramythia que primero conquistó Roma y luego el mundo-, la persona que dio un nuevo ímpetu a la compañía fue su sobrino Francesco Trapani; el hombre que mejor entendió que Bulgari no sólo debía ser símbolo de anillos y gargantillas sino de refinamiento en general.

Buscando ese concepto, tiempo antes de que la compañía fuera comprada por Louis Vuitton (este año, en 5 mil millones de dólares), Trapani -en asociación con Marriott- se encargó de crear exclusivos resorts bajo una sola consigna: todo ahí debía ser muy selecto. Y los huéspedes nunca debían darse cuenta de que estaban en un hotel.

Bali es una de las 17 mil islas de Indonesia; la más occidental de las llamadas islas de la Sonda. Bali no mide más de 140 kilómetros de largo y, básicamente, se divide en norte y sur.

La Villa Bulgari está al sur; en la taquillera península de Bukit, una zona de grandes olas e imponentes acantilados como los de Uluwatu, que puso de moda el surf. Ahí está también Balangan: la mejor playa de la región. Y muy cerca, Kuta: un pueblito chic y cosmopolita que ya no es tan chic aunque sí cada vez más cosmopolita.

El resort Bulgari suma 59 villas, de piedra y madera, y a ellas se accede en un ascensor/funicular. Es la forma que encontraron los arquitectos para resumir lo increíble de esta isla volcánica, poniendo acento en que cada “cabaña” tendría su propia piscina, su propia terraza, su propia vista, también su propio pool de masajistas y, ya se dijo, su propio chef.

Es la gracia de haber llegado a la nueva Bali; la isla que se enorgullece de sus canchas de golf y de su moda de vanguardia a precios de tercer mundo. También, de sus mágicas caminatas a través de bucólicos campos de arroz o el buceo en Nusa: un shot de alta definición frente a la sorprendente Indonesia submarina.

Lo otro es planear una visita al templo de Uluwatu para presenciar la milenaria danza del mono o comer patos asados en palitos de lima.
Si ya está casado, es una lástima. Bali es hoy el destino romántico por excelencia.

www.bulgarihotels.com

Malpelo:
BAJO EL MAR EN COLOMBIA
Malpelo es uno de los destinos más insólitos de Sudamérica.
Malpelo es un peñón, sin vegetación, repleto de violentos acantilados, que flota en el Pacífico a unas treinta horas de navegación desde el continente.
Malpelo está a 500 kilómetros al occidente del puerto de Buenaventura, Colombia.

¿Por qué ir entonces? Porque es el paraíso del buceo sudamericano: allí confluyen la placa de Nazca y la de Cocos y, por lo mismo, la vida submarina asombra.

Arriba las cosas son bien distintas. En Malpelo suele estar nublado y es ventoso. Claro que eso poco y nada importa. Cuando uno va a Malpelo significa que uno va en barco a Malpelo y, en el fondo, uno nunca desembarca y siempre permanece en el barco. ¿Le dan ganas de hacer algo? Bueno, entonces se sumerge y otro mundo aparece.


Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, la isla es un santuario especialmente sensible cuya gran riqueza es una exquisita vida submarina que concentra, como pocos lugares, gran cantidad de tiburones ballena y martillo.

No cualquiera bucea aquí. Bajo el barco hay farellones que descienden 400 metros y más; y también hay “terrazas” submarinas. Una de ellas es El Arrecife, otras son la Bahía de la Nevera y la Pared del Náufrago.

Otro atractivo subacuático que está pensado para fascinar es el Deep Sea, el primer submarino con vista en 360 grados; un prodigio de la tecnología que hoy opera under sea en Malpelo.

Funciona así: toma en Costa Rica un barco que lo lleva a Malpelo y, una vez ahí, se prepara para la inmersión. Claro que no cualquier inmersión: el Deep Sea puede hundirse casi medio kilómetro y no hay de qué preocuparse. Dentro, todo está seco, descomprimido y la autonomía es de 72 horas bajo el mar.

www.underseahunter.com

Aman-i-Khás, Rajasthán:
LA TIERRA DEL TIGRE
El Rajasthán es una de las regiones más misteriosas de la India.

En Rajasthán -el más grande los estados del noroeste- es donde está el parque nacional Ranthambore, la zona de los leopardos y los antílopes, las hienas y, bueno, los tigres. Para ponerlo simple, el Rajasthán es a la India lo que el Masai Mara –famoso por sus leones, guepardos y rinocerontes- es a África.

Culturas antiquísimas y coloridas villas hay en esta especial zona cuya capital es Jaipur, bien conocida por quienes se animan a visitar el templo de mármol de Dilwara y el insólito monte Abu, en la cordillera de Aravalli. El Rajasthán no es la clásica postal de la India aunque, probablemente, sería la mejor. Al menos, es distinta considerando que aquí, por ejemplo, no es cosa rara bajarse del 4x4 para seguir el tour sobre un camello.

Para llegar, primero se arriba a Delhi y, desde ahí, lo más sensato es seguir viaje por tren. Hay dos: el Golden Temple, que tarda unas seis horas en llegar hasta las puertas del parque; y el Augustkranti, que demora dos menos.

Desde la estación de trenes no son más de quince minutos al Aman-i-Khás; un sofisticado lodge que reproduce las cosas como eran cuando los marajás de Jaipur transformaron la zona en un exclusivo coto de caza. Lo que que cambió apenas cincuenta años atrás, luego de que fuera declarado santuario de la naturaleza. Y desde entonces la población de tigres aumentó sostenidamente.

Aman-i-Khás es como un lodge tipo safari en África, aunque probablemente esto es mejor. Son diez tiendas-cabañas, más una tienda comedor, una tienda biblioteca y un spa con aire acondicionado y muebles de estilo.

La gracia es llegar e inscribirse en los safaris que organizan para ver tigres. Al menos, dos veces al día. Al regreso, junto al fuego, podrá conocer los sabores de la cocina khansama o cocina real; sobre la base de mango y rarezas como la asafétida.

¿Exótico? Exótico.

Desde 750 dólares diarios. www.amanresorts.com

Soneva Kiri:
EL NUEVO SABOR TAI
Llegar es privilegio de pocos: la isla de Kood, la más aislada y menos poblada de las islas del golfo de Siam (o de Tailandia) sólo se conecta con Bangkok gracias a los vuelos diarios de la avioneta del Sonera Kiri; el único resort de la isla. Y, ciertamente, el más sofisticado del país.

Cada mañana, una avioneta Cessna Grand Caravan tarda sesenta minutos en llegar al aeropuerto de la mayor de las islas que conforman el parque marino Koh Chang: un lugar remoto y de difícil acceso, habitado mayormente por relajados pescadores de meros, tiburones y cangrejos.

A la isla se viaja entre diciembre y marzo. Y, aunque se vaya en pleno verano, está garantizada la presencia de pocos turistas incluso en las playas más lindas, como Bang Bao, que permanece sumida en un sempiterno estado de relajación.

Koh Kood Resorts es una isla refugio y el resort, pese a su sofisticación, es bastante simple, aunque con impactantes vistas al mar desde casi todas las habitaciones que no tienen baño interior sino fuera de las carpas/cabañas. En Kiri se preocupan a conciencia de las bajas emisiones de CO2 y, si hay algún lujo, se trata de un gran cine cuya pantalla flota sobre el agua.

Construido por Six Senses, frente al bello parque marino de Koh, el resort se ordena bajo el principio conocido allí como “no news, no shoes”. Para eso se han levantado exquisitas carpas-chozas en un entorno que a los visitantes les permite desprenderse poco a poco del nervio y del dolor de espalda.

Es lo que sucede cuando los huéspedes se encuentran con el mar turquesa de la gran playa de Bang o Bao. Y luego van a bucear entre los corales de las vecinas islas de Koh Mak y Koh Rang Lek.

Pero para lo mejor no hay que moverse: Soneva es un exquisito spa, dirigido por el tailandés Korakot Nachalaem, quien se encarga personalmente de que las terapias y masajes comiencen en los mismos cuartos. En Kiri, de hecho, nadie parte a tomar desayuno sin antes haber recibido un masaje matinal.

Hace sentido; al caer el sol los cuerpos están relajados, aunque hambrientos. Es el momento en que se toma el escenario el chef catalán Jaume Esperalba, quien luego de trabajar en el Bulli y más tarde con Termin Puig, llegó a la isla para desarrollar una cocina que simplifica las presentaciones y expresa aún más los clásicos sabores de la cocina Tai. Otro privilegio de Soneva; un lugar donde viajar no es ir sino llegar.

Desde 1.788 dólares, dos personas, por noche. www.sixsenses.com

Uxua, Trancoso:
LA PLAYA DE BRASIL
Trancoso está bien. Pero mucho mejor está la playa Uxua, a pasos de Trancoso; el lugar donde Wilbert Das, el director creativo de Diesel dio forma a un personalísimo hotel boutique: un lugar lleno de arte y mucha onda, pese a que opera en casas simples, tipo pescador.
Das quería tener ahí una casa de veraneo. Pero se entusiasmó y el proyecto creció. Tanto creció que Taschen, en una reciente edición con los mejores hoteles de Sudamérica, lo reseñó.

Destaca su ambiente artístico que se expresa en muebles y murales; también, una insólita piscina con piedras de cuarzo. Son sólo nueve cabañas hechas con palos de eucaliptus. La máxima onda al instante.

¿Quién puede decirlo? ¿Dónde fuiste de vacaciones? A la casa de Wilbert Das: el de Diesel.

Ah. Wow.
Desde 435 dólares

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