Carta a Jorge Valdivia


por Antonio Martínez 
Diario El Mercurio, Domingo 27 de Noviembre de 2011

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Imagina que uno es tu asesor.

Es decir, soy un argentino con estudios incompletos de sicología y un semestre de trabajo social en la Universidad a Distancia de Cuyo, porque soy oriundo de Mendoza.

Entonces, querido Jorge, sabés lo que te digo: renuncio.
Después de los hechos, el video y el escándalo: renuncio.

Renuncio sin elástico y resulta que me voy, me despido y hasta aquí no más llegué, querido mediocampista chileno, porque de este intríngulis no te salva ni Dios.

En la dichosa e inolvidable conferencia de prensa te ofendiste y molestaste porque alguien dejó entrar a la farándula. Carlitos Soto, el anfitrión, dijo yo no fui. Está bien, pero cómo se te ocurre, después de semanas, hablar para un programa de farándula, precisamente. Dijiste, entre otras perlas, lo siguiente: "No les den más berlines a esas guatonas".

Entonces, cómo no: renuncio, y te las arreglas solo, Jorgito, y después me explicas lo que entiendes por bautizo y tomatera.
En estos momentos están preparando los arcos y flechas, limpiando las catapultas y afilando las piedras. Y cuídate del agua mansa y de todos los que invitas a tu casa para un bautizo, me incluyo. Ya no les basta salir pelando la comida y la música, ahora filman con un celular la fiesta privada y la hacen pública en televisión, simplemente por buena voluntad o porque la propina hace el sueldo.
Incluso un miserable como ese invitado, en estos momentos, y mirá lo que te digo, es mejor hombre que tú.

Las cosas están así de fritas.

Arturo Vidal envió desde Italia el video del perdón, mal filmado e iluminado, pero dejó feliz a Sergio Jadue, porque así hace la diferencia y los cinco no son iguales. Hay uno que es pajarito. Hay otro que es pajarón. Y está el Fu Manchú de la historia, un genio para el leseo y un cascabel humano de meta y ponga, experto en las huifas y el ayayay, pequeño señor y gran rajadiablos, con casa habitación en condominio vigilado.

Digamos las cosas por su nombre: el Tom Jones de La Dehesa y el Juan Tenorio de los potreros juega por Palmeiras y no es la primera vez y tampoco será la última.

La gente te vio semidesnudo, empapado y enarbolando el calcetín o lo que sea. Y trajinándote el pantalón por dentro y ordenando las partes, che.

Como dicen en Chile: nadie puede.

Y yo tampoco, así que adiós y mucho gusto, ex asesor de ahora en adelante: renuncio.

Te devuelvo el celular apagado y te dejo un consejo gratis:

-No les dis más berlines a los guatones.

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