Académic@s de Beauchef: Enemigos de la educación pública quieren aprovechar situación para acabar con ella


“El cambio deseado por la enorme mayoría es posible si acaso las autoridades y parlamentarios se abriesen a entablar un diálogo franco con académicos, profesores, estudiantes y expertos (…) Lamentablemente, lo que hemos observado muchas veces es, por el contrario, intransigencia por parte de algunas autoridades que, por un lado llaman al diálogo mientras por otro hacen denodados esfuerzos para que el movimiento por la educación muestre una cara debilitada, criminalizando su actuar, descalificando incluso a nuestro Rector”, señala la declaración pública.
A continuación reproducimos la declaración pública emitida por los académicos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile:
Santiago, 6 de noviembre de 2011
Los abajo firmantes, académicos y académicas de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile queremos, mediante esta declaración, hacer pública nuestra postura acerca de la situación del sistema educacional en Chile y la actual coyuntura.
Primero, creemos que las demandas estudiantiles responden a un anhelo transversal y mayoritario de la sociedad chilena, que desea que el Estado provea educación pública, de calidad y accesible, en todos sus niveles. Esto se muestra absolutamente necesario como respuesta al modelo educativo  imperante el que, a pesar de haber aumentado la cobertura, ha mantenido una segregación extrema, fortalecido una inequidad que se replica por generaciones, generado un alto endeudamiento de las familias chilenas, y todo esto con resultados académicos pobres.  Afortunadamente, el inmovilismo de décadas ha sido roto gracias al llamado de atención de los estudiantes quienes, contra viento y marea, lograron instalar el tema en la agenda pública pese a las imponentes fuerzas del statu quo. No podemos sino alabar la tenacidad, inteligencia y valentía de los estudiantes chilenos.
Segundo, creemos que el cambio deseado por la enorme mayoría es posible si acaso las autoridades y parlamentarios se abriesen a entablar un diálogo franco con académicos, profesores, estudiantes y expertos, donde no haya alternativas vedadas de antemano por razones dogmáticas, y donde se reconozca la legitimidad de las contrapartes. Lamentablemente, lo que hemos observado muchas veces es, por el contrario, intransigencia por parte de algunas autoridades que, por un lado llaman al diálogo mientras por otro hacen denodados esfuerzos para que el movimiento por la educación muestre una cara debilitada, criminalizando su actuar, descalificando incluso a nuestro Rector -lo que consideramos una afrenta a nuestra Universidad- e intentando generar conflictos entre diferentes agentes del mundo de la educación pública mediante el agrio mecanismo de hacerlos pelear por presupuestos insuficientes, que parecen buscar profundizar -más que cambiar- la situación actual.
Tercero, consideramos que la discusión nacional se encuentra en un momento crucial, porque tras seis meses de movilizaciones el riesgo ya no es sólo quedar en lo mismo: los enemigos de la idea de la educación pública en general, y de la Universidad de Chile en particular, quieren aprovechar la situación actual para terminar la tarea que no pudieron completar en  los ochenta: acabar con la educación pública, privatizando completamente el sistema. Por esto, es evidente que existen muchos -y muy poderosos- actores que desean que a los colegios y Universidades públicas les vaya mal, que se pierdan semestres y años, y que los alumnos de colegios públicos rindan peores pruebas de ingreso; muchos que prefieren que haya violencia, y que no dudarán en dejarla desarrollarse para luego magnificarla, con el solo objetivo de mejorar su posición en un mercado que no quieren dejar ir pues es demasiado lucrativo. La vieja idea de que los extremos se tocan tiene aquí una clara demostración: aquellos que cometen actos de violencia, o aquellos estudiantes que hoy eligen formas de movilizarse que impiden el quehacer educacional, terminan siendo funcionales a quienes buscan terminar con la educación pública. Por ello, llamamos a todos a cuidar los espacios que el movimiento por la educación ha ganado, evitando dejarse provocar por aquellos que quieren desacreditarlo y que buscarán en las mismas acciones del movimiento, armas para atacarlo.
Sabemos que el cambio hacia un modelo diferente, donde por la vía de la educación se logre una sociedad solidaria y de oportunidades en que sean el esfuerzo y el talento, y no el origen social, los que determinen los logros personales, será largo. Y sabemos que hay importantes actores que se opondrán fuertemente a cualquier cambio pues mermaría su negocio y sus intereses particulares. Pero el anhelo de una educación pública de calidad es no solo razonable sino también factible y necesario para Chile. Nos declaramos dispuestos a explicar una y otra vez, por qué el Estado debe tener un nuevo trato hacia la educación pública en general, y hacia sus universidades en particular. No hay mejor momento para empezar a andar este camino que ahora mismo.
  1. Luis Aguirre, Departamento de Geología
  2. Héctor Agusto, Escuela de Ingeniería y Ciencias
  3. Hugo Arellano, Departamento de Física
  4. Rodrigo Arias, Departamento de Física
  5. Ricardo Baeza-Yates, Departamento de Ciencias de la Computación
  6. Nelson Baloian, Departamento de Ciencias de la Computación
  7. Pablo Barceló, Departamento de Ciencias de la Computación
  8. Felipe Barra, Departamento de Física
  9. Leonardo Basso, Departamento de Ingeniería Civil
  10. Cecilia Bastarrica, Departamento de Ciencias de la Computación
  11. Ruben Boroschek, Departamento de Ingeniería Civil
  12. Benjamín Bustos, Departamento de Ciencias de la Computación
  13. Jaime Campos, Departamento de Geofísica
  14. Luis Campusano, Departamento de Astronomía
  15. Simón Cassasus, Departamento de Astronomía
  16. Reynaldo Charrier, Departamento de Geología
  17. Luis Cifuentes, Departamento de Ingeniería de Minas
  18. Carlos Conca, Departamento de Ingeniería Matemática
  19. Eduardo Contreras, Departamento de Geofísica
  20. Eduardo Contreras, Departamento de Ingeniería Industrial
  21. María Luisa Cordero, Departamento de Física
  22. Patricio Cordero, Departamento de Física
  23. Cristián Cortés, Departamento de Ingeniería Civil
  24. Alberto de la Fuente, Departamento de Ingeniería Civil
  25. Gerardo Díaz, Departamento Ciencia de los Materiales
  26. Marcos Díaz, Departamento de Ingeniería Eléctrica
  27. Bernhard Dold, Departamento de Geología
  28. Juan Carlos Elicer, Departamento de Ingeniería Mecánica
  29. Blanca Escobar, Departamento de Ingeniería Química y Biotecnología
  30. Daniel Espinoza, Departamento Ingeniería Industrial
  31. Rodrigo Espinoza, Departamento Ciencia de los Materiales
  32. Renato Espoz, Escuela de Ingeniería y Ciencias
  33. Johan Fabry, Departamento de Ciencias de la Computación
  34. Claudio Falcón, Departamento de Física
  35. Marcelo Farías, Departamento de Geología
  36. Marcos Flores, Departamento de Física
  37. Laura Gallardo, Departamento de Geofísica
  38. María Teresa Garland, Departamento de Física
  39. Rene Garreaud, Departamento de Geofísica
  40. Ziomara Gerdtzen, Departamento de Ingeniería Química y Biotecnología
  41. Hans Göpfert, Departamento de Ingeniería de Minas
  42. Francisco Gracia, Departamento de Ingeniería Química y Biotecnología
  43. Claudio Gutiérrez, Departamento de Ciencias de la Computación
  44. Paulo Herrera, Departamento de Ingeniería Civil
  45. Ricardo Herrera, Departamento de Ingeniería Civil
  46. Nancy Hitschfeld, Departamento de Ciencias de la Computación
  47. Sergio Jara, Departamento de Ingeniería Civil
  48. Willy Kracht, Departamento de Ingeniería de Minas
  49. Ricardo Letelier, Departamento Ciencia de los Materiales
  50. Paulina Lira, Departamento  de Astronomía
  51. Francisco Martínez, Departamento de Ingeniería Civil

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS