Nuevos grupos políticos









Nota previa:

No es necesario pertenecer al «Tea party» o a lo que sea.
Si se está equivocado, da lo mismo ser de izquierda, centro o derecha,
laico o confesional.

El problema es que si se le quiere enmendar la plana a Cristo,
diciendo que, por ejemplo, la indisolubilidad del matrimonio ya pasó,
Liberty y la sociedad contemporánea están apostando
en algo que no ha traído más felicidad
-es un cuento de nunca acabar las miserias
que los seres humanos se causan unos a otros
ennarbolado el derecho a ser felices-
para no hablar de la necesaria estabilidad 
de uno de los pilares en el cual se funda la sociedad.

Decir que algo pasó, como si fuese una moda
(sin argumentar), siguiendo corrientes foráneas
de sociedades que se están desintegrándose...
es una manera liviana de descalificar
y las consecuencias con el tiempo,
nadie se hará cargo...

Nadie es dueño de la verdad,
los cristianos están llamados
a ser, eso sí testigos de la Verdad, Cristo.

Un graffiti en la Iglesia de San Ignacio dice:
La única Iglesia que ilumina es la que arde...
se quedaron cortos:
La única Iglesia que ilumina es la que arde de Amor...

El resto es conversable...















Del cambio estético del PC -con Camila Vallejo- a la "derecha caviar", los "ultrones", los "iguales" y el "Tea Party chileno". aquí, el nuevo mapa político chileno, visto por Liberty Valance. Hasta los encapuchados tienen su referente en este reordenamiento ideológico nacional.  

Liberty Valance, Ilustraciones Francisco Javier Olea 

EL BELLO COMUNISMO
Camila Vallejo, la presidenta de la FECh, y Camilo Ballesteros, presidente de la Feusach, son del PC.
El cambio es estético, no hay manera de negarlo y en el caso de Camila, la pregunta es evidente: ¿cómo una niña tan bonita es del PC?
La inquietud es política e históricamente razonable, porque en el comunismo chileno no ha existido nunca nadie así.
Claudina Núñez, la alcaldesa de Pedro Aguirre Cerda, es una esforzada gestora.
No mencionemos a Violeta Parra, más mejor.
Y el ejemplo de Gladys Marín es contundente, porque su tipo de mujer fue de menos a más y a los 20 años era fea.
No hay nada como la verdad, compañeros.
Camilo Ballesteros, por su parte, no es un Adonis, pero tendrían que pasar muchas cosas para que se convirtiera en un Volodia, un Lucho Corvalán e incluso en un Guillermo Teillier.  Ballesteros, es evidente, de viejo va a ser como Enrique Maluenda.
La belleza es algo que el comunismo chileno nunca ha tenido, al contrario, sus preferencias iban por el colectivo hosco, rudo y formal.
Un bien individual como la belleza carecía de prestigio, porque las loas eran para esa masa porfiada de cara, pero revolucionaria.
Incluso más. Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, está en la categoría  vintage; es decir, se trata de un actor cómico del cine mudo que nunca se adaptó al sonoro o al color. Les recuerda lo que fueron, no lo que serán. Es una antigüedad.
La belleza comunista será moda, el color rojo tendrá otro sentido y la ideología marxista es una pulsera o collar de cuentas: algo que se lleva y luce.
El comunismo, además, puede ser algo transitorio y no para toda la vida: no hay que ser pesado ni cargante, con los principios, la causa y con eso tan horrible que no deja modificar las opiniones y los gustos.
Jorge Arrate, por ejemplo, para ser candidato presidencial, se hizo comunista y después dejó de serlo. Y la actriz Blanca Lewin lo apoyó. Ella será María Luisa Bombal, en la película, y por ahora es rostro publicitario de la Cámara Chilena de la Construcción.
Es decir, se pueden ser muchas cosas en la vida y no solo una cosa: lo distinto es la belleza y eso es Camila Vallejo.
Las fracciones más duras de la DC, el senador Patricio Walker, por supuesto que se entenderían con un PC bonito. La Derecha Caviar lo mismo. Y algunos líderes de la UDI, Julio Dittborn, seguro que estarían dispuestos a intentarlo.
Ya nadie puede creer que los comunistas se comen a las guaguitas.
La historia es otra: algunas guaguitas son comunistas.
EL TEA PARTY CHILENO
Las formas de la derecha están ricamente representadas en el espectro político chileno,  además están en el gobierno y por si fuera poco, uno de sus partidos, la UDI, es el más grande de Chile.
Sin embargo, para el Tea Party chileno, eso no es suficiente, y ese es, querido lector, precisamente el problema.
No les basta con ser más conservadores, lo que desean es mantener en conserva -aunque sea en cubitos- un mundo que ya pasó.
Creen en la indisolubilidad del matrimonio y piensan que los homosexuales pueden seguir esperando. Aseguran que un 90% de los rostros de los noticieros son de izquierda y cada vez que levantan una piedra -en series, diarios, libros o documentales- ven a la izquierda gramsciana que, como araña de rincón, hace lo suyo y no para: teje y enreda, enreda y teje.
Están más pegados al pasado de lo que ellos mismos creen. Intelectuales como Alberto Cardemil, Jaime Antúnez o Cristóbal Orrego, son como esa pintura holandesa, donde aparece un niño que tapa el hoyito de una represa con un dedo.
Nunca hubo inundación ni desplome, pero el niño ya no pudo sacar el dedo.
Entonces deben limitarse a las cartas al lector, el tuiter, una que otra columna, celebrar los cumpleaños, jugar bridge, encontrarse en los funerales y seguir pensando que la cultura cristiana occidental se afirma y no se cae, gracias a gestos como los suyos.
Hay que dejarlos vivir en paz y mirarlos con simpatía, porque no le hacen mal a nadie, se trata de una pega misionera y, cómo nunca se sabe, lo mejor es que sigan con el dedo puesto.
Esta parte del mundo, Occidente, y también una parte de Oriente (por qué no decirlo), jamás los olvidará.
LOS TUITEROS CREÍDOS
El Presidente Sebastián Piñera, en un día de paro y protestas, invitó a almorzar a quince influyentes tuiteros, muy duchos en los 140 caracteres, el espacio de una talla, un alcance ocurrente o alguna referencia cultural; sin embargo,  más allá de esos estrechos límites, no tenían nada que decir.
Buena gente, pero al mismo tiempo, incapaces de elaborar algo en 3D, sostener dos ideas a la vez o desarrollar un proceso mental complejo.
Acompañan con las palmas, participan con el coro de silbidos o repiten las últimas palabras de una canción, porque del resto no se acuerdan.
Es decir, son los que hacen número, paran el dedo, votan en las elecciones, esperan la micro o sueñan despiertos con tener lo que no conocen: poder.
Es la mayoría silenciosa de siempre, pero con tuiter.
Están felices con las redes sociales y hay que dejarlos así, en la creencia de que el mundo está cambiando y ellos le dan cuerda.
Es la vieja historia: algo tiene que cambiar, para que todo siga igual.
El encuentro se produjo un poco antes que suprimieran la OST (Oficina de Seguimiento Tuitero), que obviamente investigó las cuentas de los quince invitados, mientras estaban almorzando, precisamente.
Rescatamos algunas conclusiones: "Se following entre ellos y los followers son los mismos. O sea que se dan vuelta en las mismas aguas, son fácilmente domesticables y pueden ser muy útiles y serviciales. Es esencial atribuirles influencia y poder, para manejarlos con comodidad".
LOS ULTRONES
De raíz regional, básicamente radicados en las universidades Arturo Prat, Los Lagos y Valparaíso. De ultra salió ultrones, que son como quarks, neutrones y protones; es decir, partículas subatómicas.
Mirados desde un microscopio, claro que asustan, pero en la realidad, sus dirigentes son David Urrea, Patricio Contreras y Sebastián Farfán.
El Deivid, el Pato y el Farfa.
Buenos cabros.
Partículas elementales, básicamente.
Ahora bien, siempre se puede hacer algo más.
Se les pone un acelerador de partículas y se les instala en un Colisionador Lineal Internacional. Farfa el piloto, de copi el Pato y navegador el Deivid. Todo esto dentro de un túnel. Cuando lleguen al agujero negro, nos avisan: "Estamos bien los tres".
Seguro que los rescatamos.
LOS BUENOS DE ADENTRO
Giorgio Jackson, el presidente de la FEUC, es una variante de un tipo de chileno que pertenece a la categoría de la persona sana, inteligente y comprometida con lo social.
Matías Fernández fue el yerno ideal, lo mismo Giorgio y alguna vez lo fue Juan Carlos Eichholz, aunque sea imposible de creer.
Es de otra generación, sin duda, pero Mario Waissbluth, el coordinador general de Educación 2020, es un líder desinteresado, trabajador y un hombre que les da confianza a todos los sectores y gente así, la verdad, cuesta encontrar.
Hay más casos, pocos, pero existen: los hermanos Parisi, Antonino y Franco, grandes alumnos, clase media, ingenieros, doctores y un par de académicos que en vez de hacer las cosas difíciles y complicadas, las convierten en cercanas y fáciles de entender, porque son economistas de las cosas fáciles de la vida.
¿En que coinciden Giorgio, Mario y los Parisi?
En que son buenos de adentro.
Y eso siempre será un misterio, sobre todo para un futuro de elecciones y política.
Lo dijo Sherlock Holmes, cuando resolvió The mystery of the useful silly (El misterio del tonto útil).
LOS MANILLEROS
Ex ministros, ex embajadores y ex funcionarios, preocupados por el futuro en general, pero muy en particular, por el de cada uno.
Se están rearticulando, ya olvidaron el luto y la misión es hacer ruido, cada vez que puedan. 
Están nerviosos por la tardanza en las decisiones importantes, porque a la Concertación se le van todas.
Lo único que quieren es que se rompa el escabeche, anhelan el retorno y ya se arrodillan ante La Que No Se Nombra.
Andrés Velasco barre el porche y su mejor enemigo, Francisco Vidal, ya plantó los almácigos.
El diputado Aldo Cornejo, el preferido de Tú Sabes Quién, mete a los candidatos de su partido bajo la alfombra.
María Angélica Álvarez "Jupi" y Juan Carvajal, imaginan cosas. Peñailillo es máster en ciencias políticas.
Vamos todos: "(...) está en la ONU. Los pajaritos cantan, las nubes se levantan ¡que sí! ¡que no!, ¡que venga, que venga, que nadie la detenga!..."
LOS ENCAPUCHADOS
No faltan nunca y siempre están. Alguna vez llamados infiltrados, antisociales, anarquistas o desplazados.
No necesitan reuniones ni tanta coordinación, porque les sale natural, florecen con las marchas y protestas y ya saben lo que tienen que hacer: tirar la piedra y esconder la cara. 
No sirven para nada, pero les dan material a los políticos y columnistas. También a los sociólogos, sicólogos y economistas que calculan en plata los daños que causan.
El país echa a andar su maquinaria intelectual y lanza las preguntas de rigor, en este caso, expresadas en el modo poético: ¿es Chile un país violento o uno de hermanos?,  ¿en qué nos equivocamos, tú, yo, Carabineros, la nieve y el Parlamento?
En la provincia, gracias a los encapuchados, se reafirman temores ancestrales: la capital violenta y el Santiago peligroso.
La gente se siente aliviada de vivir lejos, un pensamiento descentralizador, que incentiva el regionalismo.
Es un grupo inevitable, violento y ruidoso, que siempre dará mucho material.
LOS INDIGNADOS
Es el único partido chileno realmente transversal, porque razones por las cuales indignarse hay en todas partes.
Sin embargo, lo más distinto a un indignado de izquierda es uno de derecha.
En otros términos: el encuentro de los indignados de ambos bandos significa la guerra civil.
El de derecha abomina del Estado, la burocracia y las ideologías, también de la falta de valores y la poca espiritualidad.
El de izquierda abomina de las grandes empresas, desconfía de los emprendedores, de la religión y de las reglas del mercado.
Ambos se indignan con el DC, que a su vez se indigna un poco con cada uno.
En suma, es una fuerza inorgánica y primitiva que se debe canalizar a través de los partidos políticos.
P.D.: Un indignado encapuchado es lo peor.
LOS IGUALES
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y la Fundación Iguales llegaron, para quedarse. El escritor Pablo Simonetti es una figura nacional y Rolando Jiménez un histórico.
El grupo avanza con fuerza y con divisiones, como todo movimiento que se precie: el MUMS (Movimiento por la Diversidad Sexual) serían los autoflagelantes y los del Movilh, los autocomplacientes.
El apoyo internacional es total, porque después de tantos años de lucha, hubo oprobio, burlas, chistes, desprecio y humillaciones. Es humano y natural que quede algún rencor.
Algunas fracciones, las más radicales, tienen listas con eso que vulgarmente se denominan yayas de los parlamentarios, empresarios, periodistas y artistas.
Hay hasta fotos y videos. Se ve clarito. Es como la película "¿Qué pasó ayer?", pero en la dura. Terrible.
En fin, tantas cosas: paseos guiados por los Barrios Rojos de Ámsterdam y Hamburgo, visitas a Peepshows, recorridos por la baja Pretoria, incursiones en la calle 42 de NY y de todo eso que fue el desliz de una noche loca en el extranjero.
Los duros del partido quieren hacer pública esas listas. Los blandos, se oponen.
Se los digo con una canción de Doris Day, pero en español:
"Que Sera, Sera,
Lo que será, será.
¿Voy a ser guapo, voy a ser rico?
Yo les digo con ternura:
lo que será, será".
LA DERECHA CAVIAR
Equivalente a la Gauche Caviar francesa, su fuerte está dentro de Renovación Nacional y han germinado debido a su presidente, el senador Carlos Larraín, que para los liberales del partido, es El Grinch o el señor Scrooge de "Cuento de Navidad" o el Guasón de Batman.
Un personaje que vive en la ficción y no en el país real. Y a propósito, Larraín nunca pisó el lugar donde más lo pelaron en la vida: el parque encantado de Tantauco. Un mundo, donde el cientista político José Miguel Izquierdo, ahora en el segundo piso de La Moneda, era guardaparque.
Un amigo de Izquierdo, el columnista Patricio Navia, no comulga con esas ruedas, pero como viaja en la misma carreta, representa lo que este grupo no desea perder, porque siente que es la derecha la que pierde.
Y lo que pierde es lo que hizo ganar a Piñera: diversidad, amplitud, criterio y una nueva forma de ser de derecha.
Los diputados Karla Rubilar y Pedro Browne, la senadora Lily Pérez, el empresario Daniel Platovsky, por nombrar algunos, sienten la libertad de ser cosmopolita, moderno, democrático y de derecha, pero no, y esto dicho en general, un viejo momio y recalcitrante de la cultura chinchorra y además chinchoso.
Incluso el subsecretario Rodrigo Ubilla participa de esta cultura, aunque uno diría que entre el caviar y el lomo liso, se queda con este último.
En los aledaños de este grupo de RN y haciendo fuerza, porque todavía no pueden ser partido y siguen en formación, está ChilePrimero y lo que va quedando.
En los orígenes de ese mundo, un abogado como Jorge Schaulsohn, tan neoyorquino, y Fernando Flores, el Steve Jobs chileno, podrían encajar perfectamente.
No es un partido de masas, pero es algo así como el desodorante en forma de spray que necesita la derecha más dura. Es un rocío de UW 40. Un líquido antioxidante que alivia durezas, dulcifica lo anquilosado, modifica la carcasa, suelta el perno mental y lima lo reaccionario.
No olvidemos que en el velador de un genio como Stephen Hawking hay muchos libros por leer, algunos de ciencia y otros de Dios (para que vea), pero lo que no falta es un UW 40 en spray.
Carlos Larraín, el próximo 18 de noviembre, cumple 69 años y este es un buen regalo, de parte de la Derecha Caviar, suyo afectísimo: un bidón de UW 40.
 
Liberty Valance, Ilustraciones Francisco Javier Olea.

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