para participar de la misa de nueve de la mañana
en el templo de San Agustín.
Pero antes, me di una vuelta por el sector
y me detuve a contemplar detalles de las fachadas
de algunos edificios donde en otro tiempo
estuvieron, por ejemplo, el Hotel City o el Teatro Real.
Pasé por la Plaza de Armas en donde se estaba levantando
el proscenio frente a la Catedral desde donde al caer la tarde
Monseñor Ezzati presidiría la Eucaristía
después de la procesión de la Virgen del Carmen.
Poco antes, mientras caminaba
por el Paseo Huérfanos, casi l llegar a la calle Bandera,
unos graznidos familiares de escuchar en las costas
me hicieron levantar la vista: cuatro gaviotas dominicanas
sobrevolaban plácidamente los edificios del sector.
Instantáneamente me trasladé a Valparaíso,
a causa de percibir la misma sensación
de estar caminando por el barrio comercial y financiero del puerto,
con las calles semivacías de una tranquila mañana de domingo...
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