Yo suelo regresar al eterno retorno.


Yo suelo regresar al eterno retorno.

Una y otra vez al punto de partida;
vago ergo sum, vueltas y más vueltas
sobre el mismo problema sin solución,
las mismas preguntas sin respuesta;
nada nuevo bajo el sol.

Ha llovido poco
casi dejó de correr el agua 
bajo los puentes de Heráclito 
y seguimos en las mismas;
si el río suena es porque allá arriba
se están agarrando a piedrazos.

A peñascazo limpio
y después dejan todo sucio y roto.
Y se supone que yo soy 
el roto sin educación.

Uno no tiene na' que ver aquí
-si apenas tengo segundo básico-
así soy yo: básico...

Pero los pacos lo ven con esta pinta andrajosa
y lo tienen a uno pa' la patá y el combo.

Se desquitan con uno de puro picaos
porque los que rompen todo
son más vivos y saben arrancar a tiempo.

Prefiero no decir ni pío, 
aunque encuentro que no hay derecho
que nos tengan hasta la hora nona
en este valle de lacrimógenas;
la copia infeliz del retén...

La verdad es que no sé na' 
de ese lucro del que hablan.

Con un locro falso calientito 
estaría al otro lado...
con eso basta y sobra. No pido más.

Bonita la Camila, va a llegar lejo',
ojalá que la escojan reina de la primavera, 
perdón, se me salió al recordar viejos tiempos.
Reina de la educación: gratis y de calidad, quise decir.

Si hasta con piercing, la Camila es una princesa.
Aunque se vería mejor con corona en su cabecita 
que con un aro en su naricita respingada.

Con todo respeto,
es que uno es humano, 
demasiado humano.

Es que este pechito
-la nave de mi corazón-
se queda sin aliento
cada vez que la ve a ella:
tan linda, aunque
tan seria y enojada.

A quién se le ocurrió llamar a Gajardo, 
para que hiciera de rey feo.
Medio vomitivo lo encuentro.

Igual, encuentro un poco injusto
que se ande paseándose con ella,
ya que a pesar de ser tacuaco y sin gracia,
con su bigotito al menos le alcanza
para actor de reparto de película mexicana 
de los años cincuenta, en cambio yo 
que estoy en los huesos, como me ve, 
estoy pintado para película de terror.

Por eso creo que califico.

Aunque sé que estoy difariando.

Así es el amor, ¿no es cierto?
lo hace delirar a uno, 
volver a soñar como cuando era joven
y me pinchaba a la Nancy
cantándole boleros y rancheras.

Pero, volviendo a la Camila 
sé que estoy diciendo leseras;
si es algo platónico nomás,
¿qué se va a fijar en mí?
Estaría mala de la cabeza.

¿Ve?, aquí hay un tiuque soñador.
El filósofo de la pirca me dicen;
un porteño picaflor, a lo Mario Clavel.

Me conformo
con admirarla a la distancia,
-Dios la guarde-
y que el hombre que se la lleve
la quiera bien.

Lo único que pido nomás,
es que no le pase nada malo,
a ella ni a nadie,
que la sangre no llegue al río....

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