La bella y las bestias


La bella y las bestias
por Joe Black
Diario El Mercurio, domingo 28 de agosto de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/08/28/reportajes/cuentan_que/noticias/D35C3029-B1AD-4783-8C3A-5612A761C901.htm?id={D35C3029-B1AD-4783-8C3A-5612A761C901}

Lo que aquí tenemos es a un grupo de vejetes que hace rato perdió su
juventud, su atractivo y su popularidad tratando de colgarse de los
atributos de una jovencita. Patético.


¿No les pareció ligeramente perturbadora la imagen de Camila Vallejo
siendo flanqueada por los veteranos dirigentes Jaime Gajardo y Arturo
Martínez el jueves al final de los dos días de paro convocado por la
CUT?

¿No se les pasó por la mente la imagen del reality de Canal 13 en el
que un grupo de hombres madurones luchan contra unos veinteañeros para
seducir a una atractiva muchacha?

Sólo que esto es mucho peor. Este reality es real. Y no se llama "40 o
20". Se llama "60 contra 20".

Lo que aquí hay es un grupo de vejetes que hace rato perdió su
juventud, su atractivo (si es que lo tuvo alguna vez) y, lo más
relevante, su popularidad tratando de recuperar sus atributos
políticos y personales perdidos intentando colgarse de la juventud y
la belleza de una jovencita.

¿Les suena que algo así puede ocurrir en política? No, el caso
Menem-Bolocco no es el único, ni el más reciente. Me reservo por ahora
los otros para obligarlos a pensar, aunque sea domingo en la mañana.

Lo trágico es que en este tipo de situaciones el resultado nunca es bueno.

Fíjense cómo han ocurrido las cosas. El movimiento estudiantil iba
bastante bien encaminado hasta que primero se coló don Jaime Gajardo.
Ahí ya mucha gente se empezó a descolgar, porque el presidente del
Colegio de Profesores es el símbolo de los maestros que no quieren
someterse a evaluación. A ellos les gusta poner malas notas, pero no
quieren que nadie los ponga a prueba. En mi pueblo había un dicho muy
feo para catalogar ese tipo de conductas.

Luego se entrometió don Arturo Martínez, un socialista a cargo de la
CUT que trató sin éxito de ser diputado, que no se lleva bien con sus
pares sindicalistas y que más encima se vio envuelto en una polémica
por comer langosta en un restaurante del puerto. Martínez hace años
que no es capaz de organizar un acto decentemente masivo, y ahora
reaparece en la movilización estudiantil creyendo que las 100 mil
personas que marcharon lo hicieron siguiéndolo a él. Es como sacarse
esas fotos kitsch con un hermoso paisaje caribeño falso detrás, cuando
en el fondo uno vive en un tierral.

Esto es lo mismo que una fiesta de jóvenes en una casa a la que, ya
entrada la madrugada, llegan los padres, de una comida o un
matrimonio. Ahí, los adultos tienen dos opciones: o piden que se corte
la música y decretan el fin de la fiesta, dados la hora y el respeto
que se tiene por los vecinos; o saludan brevemente y pasan directo al
dormitorio, permitiendo que la juerga continúe hasta cuando los
muchachos quieran.

Pero lo que no se puede hacer es ¡sumarse al carrete! ¡Y menos puede
el papá sacar a bailar a la niña bonita de la fiesta!

Eso es patético. ¿O no?

Hay pocas cosas más tristes que los "viejos lolos" (aunque sean rojos
en vez de verdes).

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