La ducha filosófica o una breve ontología de la gasfitería‏

Entrar en la ducha
es la ceremonia sacramental
con la que se despierta el día.

Es la que nos vincula
con la cordillera y el mar;
el agua intermediaria
entre el cielo y la tierra.

El universo converge en la ducha 
en la que concurren todas las profesiones
y son elaboradas todas las elucubraciones.

Los problemas del país
se resuelven o se gestan en la ducha.

Allí cantando, en medio del vapor
se despejan todos los problemas,
se nos ocurren nuevas ideas
que se desvanecen al llegar a la oficina.

Todo pasa o puede pasar en la ducha.

La ducha cantada.
La ducha apurada.
Las ducha meditada.
La ducha congelada.
La ducha quemante
La ducha apasionante.
La ducha jabonosa.
La ducha asquerosa.
La ducha compartida.
La ducha interrumpida.
La ducha peligrosa.
La ducha resbalosa.

La dicha es mucha en la ducha,
o la lucha con la ducha
hace que al final se vaya todo a la misma...

(el lector puede colocar 
después de los puntos suspensivos
el sustantivo que se ajuste mejor
a su oído poético y/o a su sensibilidad)

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