5 Advertencias para el ciudadano indoor Texto: Tania Araya y Francisco Javier Olea, Ilustraciones: Francisco Javier Olea Diario El Mercurio, Revista Sábado, 23 de julio de 2011 http://diario.elmercurio.com/2011/07/23/el_sabado/reportajes/noticias/4cb1a8d7-4f76-452d-a01b-cfb8f1890593.htm Es sábado. La temperatura es grata y tiene tiempo libre. ¿En qué piensa? A) En un asado. B) En subir un cerro. Si su respuesta es A), usted es parte del 75 por ciento de chilenos sedentarios, a los que hay que restringirles grasas, alcohol, cigarro y Super 8... Y es a usted a quien está dedicada esta guía. Siéntese al aire libre y lea atentamente. Aún es tiempo. Paso 1 Planifique Esto no es una de esas cosas que se pueden hacer de un día para otro. No es partir a una tienda especializada y pedir todo tipo de bártulos outdoor en tres cuotas precio contado y lanzarse al cerro. Disfrazarse de aventurero no lo convertirá en uno. La aventura tiene que empezar mucho antes y uno no debería sacar un pie de la casa antes de tener en cuenta algunas consideraciones. Primero, es importante tener muy claro al lugar dónde se va; eso definirá las cosas que lleve y las que deje de llevar. Hay que saber si es un lugar de vegetación abundante y humedad, o uno con senderos y pendientes suaves, o uno frío y con nieve, donde haya que escalar. Segundo, y aunque parezca una obviedad, considere que todo lo que se anda hay que desandarlo después. El ciudadano indoor, generalmente, planifica sus paseos con una "ida" abundante, un auto cargado y cajas llenas de cosas para comer y tomar, y el regreso lo visualiza con bolsas y bolsas de ropa sucia, basura y las cosas como quepan. En este tipo de excursiones la máxima es: subirse a la roca es igual de importante que bajarse de ella. Tercer punto a tener en cuenta son las condiciones meteorológicas. Existen sitios en internet como Accuweather o Weather Channel, muy completos y fáciles de navegar y que nos pueden evitar una insolación o un chapuzón inesperado en el que chapoteen todos nuestros afanes de renovación. Paso 2 No cualquier ropa sirve Es aquí donde muchas almas sedentarias se confunden y, generalmente, sobredimensionan. Una de las máximas de la actividad al aire libre es andar liviano, cómodo. Si consigue una mochila con mucha capacidad, no es necesario llenarla. No es necesario llevar Ulysses de Joyce, no es necesario llevar un gamulán, no es necesario llevar un bidón de 20 litros. Con el peso que usted ha acumulado en sus años indoor tendrá más que suficiente. Aplique la teoría de las tres capas: la primera, pegada al cuerpo para absorber la humedad, la segunda, para que no le dé frío (un polar) y la tercera, algo liviano hermético e impermeable. Con eso, más unos pantalones cómodos y calzoncillos largos si el lugar es muy frío, es más que suficiente. Como su máximo trekking ha sido, por largo tiempo, ir de la parrilla al refrigerador a buscar una cerveza helada, los zapatos son un capítulo especial. Sus pies han vivido mucho tiempo en un spa y no conocen el rigor. Busque un buen zapato especializado, de caña alta y buena adherencia. Ojalá "ablándelos" semanas antes para evitar que se maltraten sus piececitos de princesa y el paseo se transforme en una flagelación de claustro. Incluya guantes y gorro si fuera necesario. Ponga atención sensorial en el momento en que, enfundado en su nuevo atuendo outdoor, salga a la calle y los rayos de sol lo iluminen. Es la misma sensación que debe tener Clark Kent al salir de la cabina telefónica como Superman. Paso 3 Lleve equipamiento ad hoc Use una mochila cómoda, manipulable y con la capacidad justa para llevar lo estrictamente necesario según la cantidad de días que dure su aventura. Cosas que están de más: las silla plegable que compró barata por ser cliente del banco, la parrilla eléctrica, la tele compacta. Todas ellas tendrán que esperar otra ocasión para su debut. Es clave llevar un buena cortaplumas. Son funcionales y muy útiles: sirven de sacacorchos, cuchillo, atornillador o punzón. La brújula también es importante para alguien que todavía tiene que hacer nemotecnia escolar para saber cuál es el este y cuál el oeste. Si lo suyo son los gadgets, sáquele las etiquetas al GPS que alguna vez se compró sin saber para qué. Además del agua que no puede faltar, es recomendable, si la aventura contempla alta montaña, llevar combustible para derretir nieve, y sal o jugos isotónicos para hidratarla. La comida también debe ser adecuada. Dése sus gustitos. Después de un largo día de caminata su cuerpo agradecerá una rodaja de chorizo, un maní salado o un buen chocolate. Un troglodita sigue viviendo dentro de usted. No lo abandone en la montaña. Si va a alojar, una colchoneta aislante y un saco que resista -10°C servirán para acortar el abismo entre el suelo y su Box spring. Para la carpa, si es usada, evítese un mal rato y revise que estén todos los palos y estacas. Si es nueva, pida que se la armen en la tienda y ponga mucha atención. No es el cubo Rubik, pero requiere cierta estrategia. Una cocinilla compacta, linterna y algunos implementos para cocinar completan el equipamiento básico. Importantísmo: fósforos. Lo único que podrá lograr frotando dos piedras es pelarse un dedo. Paso 4 Ojo con la seguridad Aunque su nuevo look lo convierta en una especie de superhéroe indestructible, es necesario tomar ciertos resguardos. Avise a familiares y, si es necesario, a Carabineros de dónde va a ir y cuánto tiempo. Esto generará inconscientemente en usted una autorregulación y el cuidado para no andar haciendo tonteras. Es que nadie quiere pasar por la humillación de que todo Chile vea cómo es bajado del cerro tiritando de frío en brazos de un carabinero. Incluya buenos mapas, entendiendo "buenos mapas" como aquellos donde se puede entender algo de lo que aparece. Un botiquín de primeros auxilios es indispensable. En este caso, no es tan necesaria la botella de antiácido. Ocupe ese espacio con buenos factores solares. El teléfono celular es un muy buen aliado, si su cobertura y la señal lo permiten, para comunicarse en caso de emergencias. Recuerde que en las rocas difícilmente encontrará un enchufe donde cargarlo, así es que ocupe su tiempo libre tirando piedritas, juntando palos o sacando fotos y no tuiteando, revisando Facebook o escuchando música. La instalación del campamento tiene sus leyes: nunca instalarse exageradamente cerca de un río. Los lugares extremadamente húmedos pueden detonar en usted alergias de las que no tenía idea de su existencia. Evite sectores muy floridos. Si bien evocan el jardín de su casa, atraen insectos y los insectos atraen a las ronchas. En lo posible, resguardarse del viento. Por último, usted no es Tom Hanks en El Náufrago, los frutos silvestres son para mirarlos, no para alimentarse. Paso 5 Usted tiene límites Usted es un principiante en esto y debe asumirlo. Su medio natural es el pavimento, el esmog, la comida rápida y la hiperconexión. Su estructura se ha ido diseñando para romperse el colon, llenar la cabeza de información y no para desplazarse como un prehistórico. Su cabeza corre maratones, pero su cuerpo pasa más tiempo detenido que en movimiento. Entonces, póngase metas reales. No pretenda vivir la experiencia del montañista partiendo por el Aconcagua. Vaya acostumbrando su cuerpo de a poco. Primero, suelte la parrilla y camine algunas vueltas a la manzana. Después suba y baje escaleras. Siga con algunos ejercicios simples como sapitos o vueltas de carnero. Si el entusiasmo perdura, aventúrese a un cerro que pueda subir y bajar en una mañana. Es importante que en estas primeras incursiones, usted se acompañe por alguien con experiencia, que combine bien las dos columnas que sostienen esta disciplina. Una, la técnica; le ayudará a dosificar sus energías, elegir las rutas más aptas e, incluso, asistirlo en alguna emergencia. Y la otra, la espiritual; tratará de transmitirle sus conexiones cósmicas con el universo, la deuda pachamámica y la sabiduría de una piedra. Puede que con este discurso el hombre de mentalidad industrial sienta náuseas y sudoración. Hasta hay casos extremos en que puede constituir el fin de la experiencia outdoor. El hombre global entenderá que este es el principio de un largo camino hasta la cima. Texto: Tania Araya y Francisco Javier Olea, Ilustraciones: Francisco Javier Olea.
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