Opinión Diario El Mercurio, lunes 13 de junio de 2011http://blogs.elmercurio.com/cienciaytecnologia/2011/06/13/somos-mutantes-en-camino.asp Para los que creen que los mutantes son monstruos, hay que explicar que puede ser que sean monstruos, en el sentido de que su código genético, su herencia genética se dispara y no calza completamente con la de sus antepasados. Ayer un equipo de científicos canadienses publicó en "Nature Genetics" online un asombroso descubrimiento: en promedio, cada padre y cada madre transmite a sus hijos por lo menos 30 mutaciones genéticas. O sea, 60 desviaciones, mutaciones del código genético que se supone es el del humano. Pocas. Hasta ahora, se suponía que las mutaciones eran más, entre 100 y 200 transmitidas por cada progenitor. Sesenta mutaciones es el promedio, porque la cuota varía entre los que menos mutaciones transmiten y los que más, éstos, hasta diez veces más que los más conservadores. Bueno, no es tanta, tanta desviación, porque cada progenitor entrega tres mil millones de nucleótidos, paquetes de información genética, a su vástago o vástaga. Esto quiere decir que la velocidad de la evolución es menor a la que se creía, y que muchísimas más generaciones de lo antes estimado nos separan de nuestros parientes, los monos. En principio, dijo el doctor Philip Awadalla, director del proyecto CARTaGENE, la velocidad de la evolución, con esto, se reduce a un tercio de lo que pensábamos. Ya me parecía a mí que mis hijos y nietos tenían algunas rarezas; he de confesar que yo también me hallo medio desviado del promedio. Pero la noticia es que son pocas las mutaciones y que los cambios son lentos. Así es que, si vivo lo suficiente, podré descubrir rasgos de mis abuelos y abuelas en mis bisnietos o bisnietas. (A mí siempre me encontraron algún parecido con mi bisabuela Demofila Buzeta, que murió joven, de bocio). En realidad, antes de leer sobre el CARTaGENE, yo no tenía idea de que uno les entregaba a sus descendientes unas 30 mutaciones. Sentía, por supuesto, que la evolución no tenía por qué haber concluido, que en un par de millones de años de nuestra especie podría brotar otra especie, pero ni idea que uno mismo era parte de ese proceso. O sea que mis choznos pueden ser otro tipo de homínidos (capaz que sean transformers). O sea que mis 17 nietos pueden entregar 510 mutaciones a las generaciones venideras. Ojalá sean para bien, para que ellos y ellas se adapten mejor al medio ambiente del mañana. Habrá que verlo, si no muero de bocio.
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con respecto a esto nadie tiene una opinion o analizis
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