Paul Simon: Todos los sonidos son musicales, una vez que los escuchas

por Mikael Wood
Diario El Mercurio, Miércoles 4 de Mayo de 2011http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={48c651e0-ad1c-4797-a27f-bf45fae608e7}
 
Blues africanos, tambores tibetanos, cuerdas al estilo de Hollywood
y hasta el ruido de un antílope integran la música de su nuevo disco
"So beautiful or so what".
 
 
Hace dos años, Paul Simon viajó a Kenia con su señora, la cantante
Edie Brickell, y sus tres hijos. El viaje no fue sólo musical: "Fuimos
a ver la migración de los animales", dice Simon. Pero los fans de este
miembro del salón de la fama del rock and roll saben de su interés en
los sonidos africanos desde 1996, cuando marcó un nuevo punto de
referencia del pop con el ganador de Grammy "Graceland". No es
sorpresa, entonces, que Brickell hiciera un diario de sonidos del
viaje.
 
En su estudio casero en Connecticut, Simon sacó las grabaciones
durante un ataque de frustración por el tono de su guitarra en la
canción "Rewrite".
 
"Sonaba como si estuviera en una habitación tocando, que era lo que
estaba haciendo", recuerda. "Así que tomé el sonido de la noche y lo
puse como fondo. Y luego tomé el de un antílope y lo puse al final de
una nota de guitarra. No es algo que notarías, pero está durante toda
la canción", ríe Simon. "Ese es el nivel de mi obsesión por nuevos
sonidos".
 
El producto es "So beautiful or so what", un disco de estudio que
muchos críticos califican ya como el mejor desde "The rhythm of the
saints", de 1990. Lleno de reflexiones sobre la fe, el romance y la
mortalidad, refuerza la reputación de Simon como uno de los mejores
expertos de la palabra en el pop. "Luego de que morí y se secó el
maquillaje volví a mi lugar", comienza "The afterlife", en la cual el
narrador descubre que el cielo es muy parecido a la sala de espera de
un dentista.
 
A pesar de lo que ese antílope sugiere en "Rewrite", "So beautiful or
so what" presenta una nueva paleta sónica para Simon.
 
Como en "Graceland", la música se nutre de África; esta vez es a
menudo a partir de la tradición de blues del oeste de África encarnado
en el fallecido Ali Farka Touré. Sobre esos cimientos, sin embargo,
vienen rastros de tambores indios, cuerdas al estilo del Hollywood
antiguo y armonías bluegrass.
 
"Puedes preguntarte cómo este tipo ha continuado escribiendo música
que encuentra repercusión en el voluble mundo de la música pop", dice
el guitarrista de Simon, Mark Stewart, quien también ha tocado con Bob
Dylan y Paul McCartney. "La respuesta es porque él siempre ha sido un
artesano".
 
"Paul no le tiene susto a explorar", agrega Phil Ramone, quien produjo
varios de los discos solista de Simon en los setenta. "La exploración
no es en lo que está el negocio ahora, pero para Paul la música sigue
siendo el punto central de todo lo que hace".
 
Complejo, quizás, pero no excesivo: por toda su ambición estructural,
una de las virtudes de "So beautiful or so what" es el poco esfuerzo
con el que Simon parece entregar el material; es ciertamente el álbum
sobre la muerte más liviano que se escuchará en todo el año.
 
"Hay tanta diversidad en lo que hace, pero le sale como si fuera
natural", dice Gabe Witcher del grupo de cuerdas Punch Brothers, quien
toca violín en el disco. "Para nosotros es sólo un reflejo del tiempo
en que vivimos".
 
Según Simon, esa es la idea. "Todos los sonidos son musicales una vez
que comienzas a escuchar", dice recordando cuando tuvo que tomar un
descanso junto a Phil Ramone y un árbol comenzó a botar castañas sobre
el techo del estudio. "Hacían tanto ruido que tuvimos que parar. Pero
luego dije '¿Sabes qué? Deberíamos grabarlo'".

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