Herr Marïn

Los disparos de Germán Marín
por Sergio Paz Diario El Mercurio, Revista Sábado, 21 de Mayo de 2011 http://diario.elmercurio.com/2011/05/21/el_sabado/reportajes/noticias/1001949D-E9E9-4E12-8FBD-E074D992C355.htm?id={1001949D-E9E9-4E12-8FBD-E074D992C355} ¿A quién ama, a quién odia Germán Marín? ¿Cómo es que se convirtió en el gran vínculo entre el pasado literario de Chile y el actual? Siete y media de la tarde. Drugstore de Providencia. Germán Marín, disciplinado, espera a la hora esta entrevista tal como esperaría disciplinado su próximo corte de pelo. Sin duda, la Escuela Militar hizo lo suyopor el autor de 'Basuras de Shanghai': un oscuro libro que, de un tiempo a esta parte,se ha convertido en referente de la nuevísima nueva/nueva narrativa chilena. A poco de iniciada la conversación,Marín dispara frases que retumban como si estuviéramos en un polígonoy no en un café donde el ruido entre las mesas apenas permite escuchar. Más encima, Marín no contribuye en nada. A Marín es difícil entenderle. Marín, que tiene una dentadura terrible, habla grave, muy bajo entre cigarro y cigarro. Tanto que no es difícil confundirlo con Don Miguel. Cuento aparte es que sus frases punks, radicales, divertidas, no contribuyen a endulzar el café amargo. En menos de una hora, repasa a medio mundo. De la industria editorial chilena dice, por ejemplo,que está mal constituiday que, en el fondo, es más mala que chata. "Los editores chilenos -dice Marín- son buenos comerciantes de libros,pero pésimos editores". Da un sorbo a su café y prende otro cigarro. "Para ser escritor en Chile hay que tener huevos", dice. Y luego agrega: "Una editorial aún me debe derechos de autor. Este es un medio que te tira para abajo. No te pagan. O te pagan poco. Una mierda". Antes de la entrevista, Marín trabajaba en la mesa del mismo café en su nuevo libro: una antología de cuentos que prepara Alfaguaray que ya tiene título. Se trata de Resplandores de una tarde precaria que planea sacar el último día de la Feria. Desde ya, Marín advierte que no habrá lanzamiento ni firmas. Le cargan después de que vio,en la misma Estación Mapocho, a un melancólico José Donosoque había ido a firmar, pero la gente pasaba y él no existía. "Nadie le daba pelota", dice Marín. -¿Y qué es hoy para usted la literatura?-pregunto, mientras Marín aún corrige con una maravillosa caligrafía de escuela normal.

-La respiración. -Chuta. ¿Y no le falta el aire? -bromeo. -Sí, cuándo respiro la realidad cotidiana. La literatura es oxígeno, aunque me agoto mucho cuando escribo. Yo escribo todos los días. Y, si no lo hago, me siento muy mal. A diario necesito escribir. Germán Marín no escribe en computador, sino a mano. Un hijo regularmente le trae del extranjerolibretas de buen papel y tapa dura. Luego su nuera se las tipea. A mano escribió 'Fuegos artificiales', su primera novela, en los 70. A mano hizo 'Antes de que yo muera', el más reciente, un libro de memorabiliapublicado hace poco por las Ediciones Universidad Diego Portales (UDP).

-Está de moda esto de las memorias.Fernando Villegas acaba de sacar una. Jorge Edwards está escribiendo otra.

-Jorge Edwards es un mediocre. Y el otro ni hablar.Y no creo que mi libro sea de memorias, sino de momentos. No quiero hacer un libro de memorias. Tengo otras cosas que hacer. La sola idea del libro era atractiva:Marín conoció a grandes de las letras chilenas como Manuel Rojas. Incluso fue amigo de leyendas como Carlos Droguett, Premio Nacional de Literatura, con quien se juntaba los sábados en la mañana a conversar, a pelar, a pelear en la schopería Indianápolis de Prat con la Alameda. Marín tenía entonces poco más de 30 años. Droguett más de 60. Sin embargo se entendían. O se mandaban a la cresta. Germán Marín bebe. Fuma. De pronto se me queda mirandoy, en tono académico, me pregunta si leí su último libro antes de la entrevista. -Leí Ídola y me encantó -le tiro, en buena onda.

-¿Y qué más has leído? -Uno ¿no es bastante?

Conozco el gremio de los escritores, animales domésticos dotadoscon un radar diseñado para detectar la falta de cariño o el exceso. Marín deja pasar el dardo y comenta que, hace unos meses,lanzó este libro de "memoria no memoria donde relata hechos que, en el tiempo, sólo tienen alguna continuidad entre uno y otro". Mientras conversamos en el Tavelli recuerda que justo el día anterior se dio cuenta que algo importante quedó fuera del libro. A poco de ocurrido el golpe militar le piden ayuda para que una personaque él conoce oculte al secretario general de las Juventudes Socialistas. Pero el tipo se niega mientras en la acera, bajo un auto rodeado de carabineros, el fugitivo se oculta. -Después lo mataron. Y fue impactante saberlo, aunque no me sentí culpable pues yo había tratado -dice Marín. 
Independiente de izquierda,como se calificaba entonces y se califica hoy, Marín tuvo durante la UP una pequeña librería en Santiago. Aparte, trabajaba como director de comunicaciones de un centro universitario. Y, con la Editorial Universitaria, publicaba Cormorán, una revista en la que colaboraban monstruos vociferantes como Enrique Lihn y Waldo Rojas. Marín había ayudado, además, a dar forma a Quimantú. A fines del 73 se va a vivir a México.Allá trabaja como editor. Poco después de la muerte de Franco,se va a Barcelona con su mujer y sus hijos. Llega sin nada, pero pronto se convierteen subdirector de Labor, una importante editorial catalana. Ahí trabaja décadas. Y, recién cuando jubila, continúa lo que había dejado en pausa: ser escritor. Y cuando vuelve a Chile, lo hace con una contundente obra bajo el brazo. -De joven, usted escribe, pero después deja de hacerloen pos de mantener una familia. ¿Qué pasa con Marín, el escritor,todo ese tiempo? ¡Más de 20 años! -Me convierto en un escritor ausente. En todo ese tiempo no escribí nada.

-Y recién cuando jubila comienzanuevamente. -Sí, y de inmediato empiezan las interrogantes: de qué. Pasa un mes, dos meses. Después encuentro la orientación;un proyecto grandote que comienza a principios del siglo XXy termina por ahí por los años 60. Al principio es el relato de dos familias; una de inmigrantes que vienen de Génova, Italia. La otra transcurre en el sur de Chile, en Carahue. Una familia latifundista perderá su fundo.La otra llegará al país. De pronto estas dos historiasse entrecruzany dos chicos se casarán. -¿Lo publicó en Europa?

-En Chile. Me vine de Españacon un maletín de mano en el que traía las 1.600 hojas. Ya aquí decidí dividir el libro en tres partes.

-¿Volvió a Chile para triunfar? -No vine ni por el éxito ni por el fracaso. Esos son términos absolutos que no están en mí. Me vine porque quería estar en mi país.Después está el asunto literario. En Santiago, Marín arrienda un pequeño departamento. Luego uno más grande cuando trae a toda su familia. En Santiago se lanza a escribir. Primero de Villa Grimaldi, ya demolida por los militares. Es El palacio de la risa, una novela corta en la quese resume su forma de ver el mundo. Y todo el mundo se preguntaba¿quién diablos es este Germán Marín? ¿De qué escribe? ¿De dónde salió?¿Por qué escribe? -¿Por qué escribe? -Escribir es el remedio de la vida. Cuando no estás conforme con la vida que llevas, tal vez encuentras otra a través de la escritura. Escribir me agota, pero es lo único que puedo hacer. Me gustaría dejar de escribir

-Déjelo.

-No puedo. Es lo que me permite respirar.Pero me agota. Siento agotamiento físico y mental.

-Todo sería distinto si vendiera más,si tuviera mayor reconocimiento, ¿no? -Mira: yo me he ganadoel premio del Consejo Municipal del Libro no una, sino dos veces. Lo único que no me he sacado es el Premio Nacional. ¿Y sabes por qué?

-¿Por qué?

-Porque Dios es chico. Champú PARA PERROS De tanto en tanto, Germán Marín se me queda mirando sin decir nada. Es como un perro que olfatea antes de ladrar o morder. "¿Así es que te gustó Ídola?", dice insistente. "Ídola es una novela cochina", agrega,mientras yo repaso mi disco duro y recuerdo que se trataba de una ficción basada en la historia de Los sicópatas de Maipú.

-El año pasado estuvo muy cerca, pero perdió.¿Qué significaría, para Germán Marín, ganar el Premio Nacional de Literatura? -No significaría nada, porque sé que no tengo los elementosque se necesitan para lograrlo: relaciones políticas y sociales. Todo eso que yo no tengo. Es cierto que el año pasado estuve muy cerca, pero me falló todo lo que tiene que tener un Premio Nacional: contactos y acercamiento con la clase política. Yo no conozco a los que gobiernan Chile ni los quiero conocer. El Premio Nacional es puro lobby.

-¿No es literario? -No y lo comprobé el año pasadocuando no me lo dieron a mí, sino a una escritora muy mediocre.

-Perdone, pero es una escritora (Isabel Allende) que ha vendido muchísimo. -Sí, perdona también, pero yo no estoy hablando de si vende o no, sino de su calidad literaria.

-Bueno, perdone entonces también,pero Isabel Allende tiene unos libros preciosos. Paula, por ejemplo, es un libro bello, desgarrador. ¿Por qué ese afán de los escritores chilenos de chaquetear?

-Ella es muy mala como escritora. -¿Y con qué vara puede medir si es buena o mala?

-Una es la comparación. La comparo con ciertos escritores, como Piglia, y digo: esta señora no sabe escribir.

-Bueno, yo sé leery le digo que prefiero a Isabel Allende que a Piglia,que lo encuentro una lata. ¿Por qué no entender que hay distintos registros? -Porque lo de ella es... Es...

-¿Qué es? ¿Champú?

-Champú para perros

-Fuerte.

-Isabel Allende es publicidad, marketing, veinte mil cosas, pero no buena literatura. ¿Por qué empezó a vender Isabel Allende? Cuando eso ocurrió yo estaba en España. Y, cuando publicó su primera novela,todos pensaron que era la sobrina de Salvador Allende y corrieron a las librerías. Todos movidos por esa maquinariaque orquestó la vieja Carmen Balcells. ¿Por qué? Porque las grandes editoriales necesitan best sellers. Sólo con buenos autores se arruinarían. -¿A qué chilenos, actuales, considera dignos de leer?

-...

-... -...

-Ya... Un nombre...

-Fuguet es un gran escritor. Apenas lo conozco, pero piensoque su mundo es contemporáneo. Y sabe darle cuerpo a ese mundo. Me cuesta mucho pensar en otro.

-¿Llegó a odiar a algún escritor chileno?

-¿Odiar? No.

-¿No ha cultivado el odio literario? ¿No ha tenido su propio capítulo en la dichosa guerrilla literaria?

-Guerrilla literaria nunca hubo en Chile. Porque, si la hubo, díganme dónde están los heridos. Sí hubo insultos. Recuerdo, por ejemplo, cuando Braulio Arenas increpó a Neruda 50 años atrás. Ahí se armó una suerte de guerrilla,porque Neruda tenía mucha claque. Y ellos jodieron a Braulio durante muchísimos años. Siempre había una suerte de ninguneohacia su persona y su producción. Fue muy duro, porque Braulio Arenasera un hombre muy talentoso. La cosa es que vino el golpe military él se pasó al pinochetismo. Pero ¿sabes?, la única vezque el gobierno de Pinochet dio un buen Premio Nacional de Literatura fue a Braulio Arenas.

-¿A qué gran escritor se arrepiente de no haberlo conocido mejor?

-He conocido a escritores muy buenos. Conocí, por ejemplo, a Borges.Fui alumno de él cuando viví en Buenos Aires. De Rulfo fui amigo personal cuando viví en México. Ahí también me tocó tratar mucho con García Márquez. A todos ellos los conocí y quizás no fui más allá más por timidez. -¿Pero alguno de ellos le abrió la puerta y Ud. se quedó en el umbral? 
-En México conocí a García Márquez y colaboré con él. Había una escritura que yo sabía practicar y que a él le sirvió mucho. 
-No entiendo. ¿Ud. dice que le escribió a García Márquez?

-Pequeñas cosas.

-Broma.

-Le respondí varias entrevistas. Él me pasaba las preguntas y, como conocía mucho su trabajo,yo las respondía y luego se las pasaba para que él corrigiera. También le escribí prólogos. Recuerdo el de una gran exposición que se hizo en México. Sólo cambió un adjetivo. No éramos amigos personales, pero con García Márquez hubo un vínculo.

-¿Y con Lihn? Entiendo que fue muy cercano a Lihn.

-Ah, no, con Enrique fuimos grandes amigos. No puedo decir que fuera su mejor amigo,porque él tenía varios buenos amigos, pero sí uno de los estrechos. Yo nunca he sido un lihniano en la literatura, pero siempre me gustó de él que fuera un escritor en la lucha. Él fue antes de la Unidad Popular, durante, y ya en la dictadura, un tipo muy veraz. En el reciente libro hay un capítulo sobre él. Tienes que leer mi libro.

-Ya le dije que lo voy a leer.

-Hay un momento en que estando Enrique en Barcelona, viviendo en mi casa, le dio un ataque al corazón. Con mi mujer lo metimos en un taxi y lo llevamos al hospital. Enrique estaba de paso, de turista y sin previsión social, así es que se me ocurrió decir: cuando te pregunten el nombre di que eres Germán Marín. Yo seré Enrique Lihn. Si te preguntan por la seguridad social, el número es tal y tal. La cosa es que, llegando al hospital, a Enrique le da otro ataque. Se lo llevan a la UCI. Uno de los doctores regresa y dice que han visto la ficha, pero que los datos no coinciden con los del paciente. Que todo era muy confuso. Que había que aplicar un medicamento,pero necesitaban saber qué pasaba. Mire, la verdad es que Germán Marín soy yo, dije. Él es Enrique Lihn, poeta chileno, sin un peso.

-Chuta.

-En otra oportunidad pasó esto:Enrique Lihn había sido muy amigo de Teillier. Pero se pelearon por minas y se desafiaron a muerte. Yo era muy amigo de Teillier, aún no de Lihn. Se armó un jaleo y se desafiaron a duelo en la Quinta Normal. Teillier me pidió que lo acompañara como padrino. Llevábamos una pistola y, en el camino,yo trataba de que llegaran a un acuerdo. Los duelos están prohibidos en Chile y, si alguien llegaba a morir, pasabas a ser cómplice. Al rato llegamos a la Quinta Normaly tuvimos una cueva enorme, porque nunca nos encontramos.

-¿Dónde estaba cuando muere Lihn? -Enrique, una semana antes de morir,me escribió una carta en la que me dice que se va a morir y se despide. Es una carta muy terrible, muy dramática. Yo recibí esa carta en Españadespués de que él había fallecido. Así es que fue un doble impacto.

-Lihn sí que tuvo el pago de Chile. -Parece que lo natural es tener el pago de Chile.

-¿Ud. va para allá? 
-Ya lo estoy.

-¿Y qué le da? ¿Pena?

-No me da pena. Considero queestá entre la reglas del juego de este país cabrón.

-Hay quienes vencen las reglas.

-Tu Isabel Allende que amas en exceso.

LA TRAICIÓNTavelli. Humo. Sólo hay una persona que tienepeores dientes que Rafael Gumucio: Germán Marín. Marín tiene los dientes cortados. Aserrados. Su boca es un infierno. Él dice que fuma una cajetilla al día.Yo diría que una cajetilla por hora. "¿Qué hora es?", preguntacuando los mozos comienzana revolver las mesas. Nos están echando. Le propongo, al escritor,continuar unos días después. "Y lee el libro", insiste Marín. "Ya le dije que sí, pero no puedo leérmelos todos", respondo. "Claro que no. Tendríamos que juntarnos como en un años más. Tengo más de 14 libros", dice él. "Chuta, usted está como Bolaño.Salen y salen libros. ¿Cómo diablos escribió tanto Bolaño?, le digo. "Es que hay que escribir, pos huevón", dice él.

-Chao

-Chao

Germán Marín se aleja arrastrando los pies. Tiene un grave problema en las caderas. Camina una, dos cuadras, y el dolor se vuelve tan terrible que debe sentarse.

La dificultad ha sido un leitmotiv en su vida. Tras cursar preparatoria en los jesuitas, sus padres se separan y él se vacon su madre a Buenos Aires. Luego vuelve. Pero, ya adolescente,no quiere saber de nadiey decide marcharse a Europa, pero sólo alcanza a llegar a Buenos Aires. Pronto se queda sin plata y, para vivir,Joaquín Prieto, hermano del cantante, le consigue trabajo como disjockeyen la boite Rendez Vous. Fue en Buenos Aires donde se convirtióen un lector compulsivo. Luego volvió a Chile.

-¿Algún día usted se va a volver a ir de Chile? 
-Aun no pierdo las esperanzas. Me iría a Montevideo, me encanta Montevideo -dice.

Es buena la asociación. No por nada Germán Marín admira a Onetti, las calles empedradas y el whisky.

-¿Se va a tomar algo hoy?

-Nada. He tomado mucho café

-¿Y qué ha hecho? ¿No se ha peleado con nadie estos días?

-Tengo la pura fama de peleador. A propósito, el otro día me preguntaste si yo odiaba a alguien. Te respondí que no, pero me llevé la pregunta a mi casa y la verdad es que no: no tengo odios, pero sí desprecio.

-¿Desprecio a alguien en particular? ¿O a la masa?

-El desprecio siempre esindividual. Yo desprecio a los traidores, a los oportunistas y a los poco leales.

-¿Lo han traicionado?

-No quiero llegar a eso.

-Patricio Fernández, de The Clinic, muy cercano a Germán Marín en un momento,escribe Los Nenes y entiendo que Ud. no queda bien parado. ¿Fue leal Fernández?

-Desleal.

-¿Por qué?

-Prefiero no hablar. -¿Leyó Los Nenes?

-Por supuesto y desdeel punto de vista literario me pareció horrible. No debió haber sido publicado por su mediocridad literaria.

-¿Por qué la fama de maldito, de cascarrabia? Hasta ahora lo encuentro un amor.

-Es que hasta ahora no has sidopesado conmigo y como uno es, depende mucho del prójimo. Yo también me puedo poner muy pesado. Siempre he sido mal genio.

-¿Cultiva enemigos?

-¿Cómo vas a cultivarenemigos? Habría que tener muy buenos enemigos. Para qué tener enemigos pencas...

-Grandes se fueron: Teillier, Wasquez. Un mundo cultural, santiaguino, muy potente.

-Esa fue una pérdidairrecuperable. Mauricio Wasquez, de quien yo había sido editor, muere en España. Muere Lihn, muere Martín Cerda, mueren buenos amigos y siento la pérdida. Pero pasa lo siguiente: al volver a Chile advierto que me siento ajeno a mi propia generación. Y, a poco de estar, empiezo a conocera otra muy posterior con la que empiezo a establecer un diálogo que se prolonga hasta hoy. Más encima ahora me doy cuentaque, con la que se suponíaque era mi generación, no tenía nada que ver.Eran muy llorones. -Raro: Germán Marín es un escritor viejo/joven. -Exactamente. -Siente que se le acaba el tiempo, que hay una urgencia. -¿Qué puedo decir? El futuro fue mejor. -Antes de que yo muera ¿qué? ¿Le da miedo la memoria? -Al contrario, me satisface mucho tener buena memoria de todo lo que viví. A la edad que tengo satisface tener una memoria viva, viva. Muy viva.

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