La vida privada de las grandes especies...

Siguieron sus rutas y hábitos en el marco del Censo de la Vida Marina:
Científicos rastrearon durante 10 años a 23 especies depredadoras del
Pacífico norte
por Richard García
Diario El Mercurio, jueves 23 de Junio de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/06/23/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/7BC1BD0C-4F7D-4226-96EE-CAEC7BEE86E1.htm?id={7BC1BD0C-4F7D-4226-96EE-CAEC7BEE86E1}

La información es clave para identificar áreas de mayor concentración
de esa fauna y diseñar políticas de protección. Expertos chilenos
planean hacer algo parecido en aguas locales.

El uso de radiotransmisores satelitales ha significado una revolución
para el análisis del movimiento de grandes poblaciones de especies en
el tiempo.
Un gran ejemplo de su aplicación es el proyecto TOPP (Tagging of
Pacific Predators), que por 10 años ha seguido el trayecto de 23
especies depredadoras del océano Pacífico norte y que hoy entrega sus
resultados en la revista Nature.

Este trabajo permite identificar los "hotspots" (lugares de mayor
concentración de animales) y conocer la vida privada de las grandes
especies, destaca Víctor Ariel Gallardo, oceanógrafo de la U. de
Concepción y vicepresidente del comité científico del Programa Censo
de la Vida Marina, en el marco del cual se desarrolla TOPP.
En la iniciativa participaron 75 científicos, quienes instalaron 4.306
marcadores electrónicos, uno para cada animal. A través de monitoreo
satelital a través de sus computadores, los científicos han espiado
las rutas y lugares preferidos de animales como los tiburones blanco y
mako, el elefante marino, el león marino, el atún y la ballena azul.
Todavía se puede seguir a algunos de ellos en el sitio www.topp.org.

"Con los cientos de miles de datos recolectados hay información para
elaborar innumerables tesis", dice Gallardo.

El estudio muestra, por ejemplo, que una de las zonas más frecuentadas
del área es la corriente de California (parecida a la de Humboldt,
pero en el hemisferio norte).
Los científicos la comparan con la gran llanura del Serengueti en
África, donde se da una de las mayores poblaciones de depredadores y
sus presas.

En el océano Pacífico norte no hay leones, pero los lobos marinos y
tiburones cumplen el mismo papel. Los ñus (rumiante, mezcla de
antílope, buey y caballo) y otros grandes herbívoros son reemplazados
por los cetáceos, principalmente las ballenas. Y el krill y el
fitoplancton son el equivalente acuático a los grandes pastizales de
la sabana africana.
En el caso de las rutas migratorias, la investigación revela que
algunas especies, como la tortuga marina, son capaces de atravesar
todo el Pacífico, cubriendo la ruta entre la isla de Nueva Guinea, al
norte de Australia, y la costa de California. En ocasiones su trayecto
se superpone con el del atún, que viaja desde las aguas de Japón a
Baja California.
Un dato muy importante, asegura Gallardo, ya que las tortugas marinas
pueden caer en las redes de los pescadores de atunes. "Conociendo
ahora sus carreteras se puede aconsejar a los pescadores que tomen
precauciones o también es posible cerrar ciertas áreas a la pesca".

El proyecto también involucró el seguimiento de aves como el petrel (
Puffinus griseus ), cuya ruta es comparable con la de las aerolíneas
comerciales: vuela desde Seattle, en la costa noroeste de EE.UU.,
hasta Nueva Zelandia.

Modelo para imitar

Gallardo trabaja con otros investigadores en una propuesta para
desarrollar un proyecto similar, pero a la escala del mar territorial
chileno. Ya se sabe, por ejemplo, de tortugas que viajan entre Costa
Rica y las costas de Chile o de las ballenas jorobadas, que se mueven
entre las aguas frente a Panamá y Magallanes.

"Pensamos usar el mismo modelo del Censo de la Vida Marina y esperamos
tener el financiamiento necesario", destaca. La iniciativa tiene una
proyección de diez años, tal como TOPP. Varios científicos que
participaron en ese proyecto, asegura Gallardo, están dispuestos a
contribuir con la propuesta local.

No descarta, incluso, que se transforme en un proyecto de mayor
envergadura y que involucre a países vecinos como Perú, Ecuador y
Colombia. Para conseguirlo planea presentar el proyecto ante la
Comisión Permanente del Pacífico Sur.

Nueva etapa

Aunque el Censo de la Vida Marina culminó el año pasado, hay planes
para una segunda fase. Se conocerá como Censo en un Océano Cambiante y
se presentará oficialmente durante el próximo congreso mundial de
biodiversidad marina, que está previsto para fines de septiembre en
Escocia.

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