Cabeza de ratón

por Antonio Martínez 
Diario El Mercurio, domingo 22 de mayo de 2011

La noticia del primer semestre ha sido la venta de Alexis Sánchez, 
porque la cantidad es millonaria y va en aumento, 
debido a la contienda internacional por conseguir a un chileno en sus filas.

En este mundo frío y cruel no hay nadie que se pelee por nosotros, 
y cuando algo así pasa la noticia es reiterada y constante.

La televisión hierve de satisfacción, 
los comentaristas, con una mezcla de desdén y asombro, 
comparan los precios semana a semana, 
y concluyen que el jugador vale más, mucho más, 
y están felices por la puja 
y por tener algo valioso salido de la casa, 
y que un chileno sea objeto del deseo.

Chile tiene algo que el mundo desea, 
por fin; generalmente, la historia es al revés.

Imagine el titular a cuatro columnas: 
80 millones por Alexis.

Piense en la noticia que abre los informativos 
diurnos y nocturnos: 85 millones por Sánchez.

Fiesta en los matinales 
y tema obligado 
en los programas de conversación.

Merece un extra, un flash informativo 
y un repiquetear de campanas o de algo.

Nos interesa el pago al contado violento, 
estamos hablando de lo que se dice cash 
y sin macanas de plazos ni cheques brujos 
ni bonos para la nación ni tampoco joyas de la corona.

Billete sobre billete, eso queremos, 
y si el Barcelona no tiene efectivo, 
en estos momentos, por las razones que sea, 
lo sentimos mucho, peor para ellos y no hay trato. Sonaron.

Si el Internazionale de Milán, 
en vez de ponerse con el total contante y sonante, 
ofrece tres cabros buenos para la pelota, según ellos, 
que son un brasileño, un checo y un colombiano, 
que no los conoce absolutamente nadie, 
entonces ya saben la respuesta: no, nomás.

Los equipos de Francia, por suerte, 
saben dónde están parados 
y ninguno ha entrado al ruedo de ofertas: 
harían el ridículo.

¿Alemania? Ustedes se lo pierden.

¿Grecia? Seamos serios: están quebrados.

¿Portugal, Rusia, Holanda? Naaaaaah.

¿Austria, Suiza, Bélgica, Irlanda? Paisitos.

Y todo lo demás es rasca. Olvídense.

Los del Manchester City levantaron el dedo 
y parecen muy caballeros e ingleses, 
pero estamos hablando del billete largo 
y el cabro no es Chicharito, 
para que nos entendamos.

Lo que empezó con 30 o 40, 
ya va por 50 y 70 
y quizás lleguemos a los 100 millones, 
pero no de dólares, 
tan devaluado de un tiempo a esta parte, 
sino de esa moneda dura 
que los chilenos conocen de oídas o de pasada, 
y que la mayoría nunca ha tenido entre sus manos: euros.

Esa plata misteriosa, lejana y desconocida.

Ni una moneda, ni uno de esos billetitos: jamás.

Ni en pintura. Ni en pelea de perros.

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