Magisterio de grandeza, belleza y honestidad...‏para UU.GG de RAA

Signo equívoco de senectud:
la emoción que nos invade
en forma sostenida y frecuente
cada vez que percibimos
la fragilidad de la condición humana
y cuando contemplamos
cómo personas tan cercanas y tan, tan queridas
(no tienen que serlo para conmovernos también)
se arman de valor, se sobreponen a sus miedos
y a sus dolores como pueden,
para enfrentar la adversidad,
el diagnóstico demoledor,
el sufrimiento físico
y la incertidumbre existencial;
lidiar con la soledad, el desencuentro,
la ingratitud, la tristeza, las propias miserias,
las carencias económicas o afectivas
y la impotencia de tener que dejar
a los que dependen de uno a la deriva
en un mundo cada vez más desarticulado e inmisericorde.
 
Es en dicha coyuntura crítica vital
en la que despliegan una lección magistral
de grandeza, honestidad, belleza y ternura,
siendo nada más ni nada menos que ellos mismos:
únicos e irrepetibles, tan, tan queribles...
adorables en su máxima plenitud espiritual
y absolutamente conmovedores
en su máxima debilidad física.
 
Cómo quisiéramos cobijarlos, acompañarlos
de una forma en que se sintieran más y más queridos,
un poco más aliviados, contenidos, protegidos...y esperanzados
 
No tenemos ni idea de lo que sufren o han sufrido
y sin saber lo que decimos, pensamos en ofrecernos
como trueque, como el padre Kolbe, ese santo varón
y sacerdote que ofreció su vida por la de un padre de familia
que había sido condenado a muerte en Auchwitz...
 
Uno se siente tan poca cosa, tan inútil, tan torpe...
 
Es por eso que no atino más que a rezar,
especialmente por ellos, por todos
y también por mí, tan necesitado de misericordia
y confiado completamente en Dios...
 
Cada vez que logro sacar la cabeza
de los quehaceres y obligaciones
levanto la vista mirar el cielo para agradecer
porque esta fragilidad que deja en patente evidencia
nuestra necesidad de la fuente inextinguible
de amor, poder y vida...y también de aquella belleza
que contemplamos como atisbo
en este cielo terrenal, una belleza
que no tiene necesariamente
que ser inmaculadamente celeste o azul.
 
Las cambiantes nubes
también llevan consigo
su inefable velo de belleza y misterio...
y en su fugacidad nos muestran
de una forma que transmite mucha paz
nuestro situación en tránsito
hacia un destino que trasciende
el acotado horizonte
en que nos confina la cotidianidad
en que nos desenvolvemos...
 
Ánimo amigos y amigas tan queridos...!!!

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