“La Tierra en que mentimos”

“La Tierra en que mentimos”
por Sergio Paz
Diario El Mercurio, Viernes 15 de Abril de 2011
http://blogs.elmercurio.com/wiken/2011/04/15/la-tierra-en-que-mentimos.asp
 
De tanto hablar de desechos y contaminación, la basura ambiental
terminó pasándole la cuenta a Sergio Nuño. Una lástima. Una pena.
Pierde la televisión. Perdemos todos. Como bien lo han dicho los
internautas en cuanto foro existe, tras el incidente Celco termina un
programa histórico que, con rigor (y a veces lata, cierto también)
siempre habló de Chile (su gente, su flora y fauna, su geografía) y no
de rinoplastías, cahuines varios y, en general, esa vacuidad que
terminó instalándose en TVN una vez abandonado el modelo de televisión
cultural que, con tan buenos ojos, todo constatamos cómo funcionó
desde mitad de los 90.
 
Seré sincero: soy de los que piensan que Nuño se preocupó más de su
helicóptero y las insignias en sus chaquetas outdoor que la gran
batalla medioambiental que las últimas temporadas de su programa
prometía. Claro que, a fin de cuentas, ése y no otro parecía ser su
derrotero: lo de Nuño fue siempre un cansino monólogo, una prueba de
que, en nuestra televisión el documental de naturaleza siempre se
malentendió como un viaje de boyscouts; por lo menos carente de
verdadero presupuesto. Y, por qué no decirlo, también de precisión.
Para qué vamos a hablar de humor.
 
Lo de Nuño siempre fue un yo, yo, yo. Y, bueno, cuando las cosas son
así terminan como terminan. En este caso con “La Tierra en que
vivimos” –un clásico, un programa más que respetable, admirable– bien
estrellado en horario prime. Y con Nuño llorándonos lo que hace o no
cuando está “cesante”. Por favor.

En los últimos días hemos conocido bien la historia: cuando se han
entregado los peritajes oficiales en el marco de la demanda civil
interpuesta por el Consejo de Defensa del Estado en contra de Celco
por los daños en el río Cruces y su desquiciado impacto en la
comunidad valdiviana, TVN emite un programa en el que se omiten
varios, muchos estudios (ordenados por el Primer Juzgado Civil) que
serían concluyentes en demostrar la culpabilidad de la planta en el
desastre. Nuño (y algunos otros estudios) pensaban otra cosa. Y está
bien. Pero ¿por qué omitió una parte? Sorry, pero omitir es mentir.
 
Para más remate, el programa –que se había realizado dos años atrás,
un despropósito considerando la gravedad del tema– termina con parte
de las imágenes grabadas, con presupuesto de “todos los chilenos”,
utilizado en un documental sobre el mismo tema realizado por Sergio
Nuño y costeado por Celco. ¡…! Cielos. ¿Qué pasó aquí? ¿Nadie pregunta
nada en TVN? Sinceramente, no lo sé.
 
Otrosí: Una cosa es que Nuño aceptó dinero (aún no sabemos cuánto) del
Goliat todopoderoso, pero otra es que el mismo programa carecía del
mínimo rigor que uno supone para un caso así de emblemático. No es
necesario ser un ambientalista para saber que fue, justamente después
del caso río Cruces, que se reformó la ley y se crearon el Ministerio
del Medio Ambiente, la Superintendencia Medioambiental y el Servicio
de Evaluación Medioambiental. Entonces cómo es que en el programa
emitido no había más que la versión de Sergio Nuño. No estaban las
ONGs alegando, ni Celco respondiendo.
 
¿Qué pasó finalmente? Pues cortaron “La Tierra en que vivimos” para
hacernos creer que era la solución salomónica. Pero ¿lo era? ¿Acaso ya
está listo el programa de reemplazo? ¿Emitirán, en los próximos días,
un programa especial en que se resumirá todo lo que realmente ha
pasado y, de paso, pedirán perdón pues está bien pedir perdón?
¿Por qué no? Lo que pasó es muy grave. Y, ciertamente, no sólo fue
Nuño el que se equivocó y transformó “La Tierra en que vivimos” en “El
planeta en que mentimos".

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