La reinvención de la palta
por Martina Salvo de Oliveira
Diario El Mercurio, Revista del Campo
Lunes 18 de abril de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/04/18/revista_del_campo/_portada/noticias/49134801-153A-48FB-838F-1D29AB754F9B.htm?id={49134801-153A-48FB-838F-1D29AB754F9B}
Las heladas y la sequía se turnaron para dañar la estabilidad de esta
otrora pujante industria.
Los expertos plantean soluciones para lograr un up grade del sector y
hacer viable su futuro.
"Las paltas son una tradición en la familia. Las produjo mi abuelo,
después mi padre y ahora yo.
Por eso me dolió tanto tener que arrancar algunos árboles y cortar a
tocón otros por falta de agua para regar.
Para las que arranqué no hay vuelta atrás; para las cortadas, tendré
que esperar tres años hasta que vuelvan a producir.
Entre las heladas y la sequía, esto se ha vuelto un desastre. No somos
como nos dicen unos viejos paltones y llorones.
Somos productores de esfuerzo y estamos angustiados ante la coyuntura".
Las palabras de José Machuca, productor de Mallarauco, resumen el
complejo escenario
que se ha vuelto repetitivo en los últimos años para parte de las 32
mil há de paltos
que tiene el país entre la IVy la VI Región. En Quillota, San Felipe,
La Ligua, Isla de Maipo y Mallarauco
los productores sufren las inclemencias del clima. Y el dolor de
cabeza, que se ve acrecentado
por el estancamiento en algunos mercados y la baja del dólar.
Los expertos dicen que llegó la hora de proyectar la industria o morir
en el intento.
Y el morir es literal porque varios países han estrechado la ventaja chilena.
Chile es top 3 del mundo en exportaciones de palta, después de México y EE.UU.
Sin embargo, vecinos como Perú han ganado terreno; es cierto que aún están
un poco marginados por temas fito-sanitarios o prácticas mal acogidas
en los mercados de destino,
como la aplicación de bromuro de metilo en sus cultivos... pero las
brechas se van estrechando.
Y a los competidores se suman los problemas climáticos.
En 2007 una helada causó estragos irreparables en la producción nacional.
En comunas del interior de la Quinta Región se perdieron vastas plantaciones;
y las bajas temperaturas han seguido causando estragos en los años siguientes.
Lo contradictorio es que, mientras en invierno el mayor problema son
las heladas,
en verano el dolor de cabeza es la sequía. Y la última temporada
fue una de las más complicadas por la falta de agua.
En Chincolco, comuna de Petorca, hay zonas donde simplemente se agotó
el recurso.
Con el fin de evitar perderlo todo hubo productores que cortaron sus
árboles a tocón,
ya que así disminuyen su metabolismo y necesitan menos agua.
El problema es que pueden pasar hasta tres años para que vuelvan a
entrar en producción.
La sequía y las heladas impactan también en el menor calibre de los frutos.
Entonces, todo lleva a una cadena de consecuencias.
Para los expertos, este es el momento de transparentar y reinventar
esta industria
con miras al futuro y solucionar los obstáculos. Estas son las sugerencias.
Planificar sin dejar dudas
Hace una década, el ritmo de crecimiento de la palta iba viento en popa.
La superficie plantada crecía 10% anual y por donde se mirara
había laderas plantadas con hass (la niña bonita entre las especies,
por su sabor, firmeza y buenos precios).
Desde entonces la dinámica se ha deprimido.
Según cifras del Comité de Palta Hass,
hoy la superficie apenas crece 1% al año.
La razón estaría en una deficiente planificación.
Al plantar en laderas, dependiendo de la altura,
puede haber diferencia de tres o cuatro grados en la temperatura,
que son relevantes para la fruta, que comienza a sufrir daños
cuando la temperatura pasa de un grado bajo cero.
Es decir, hay que considerar un mapeo del suelo
y de las condiciones climáticas, además de la disponibilidad de agua.
"Hay que plantar donde se sepa que no va a haber complicaciones de agua
y donde los factores climáticos estén resueltos.
No se puede plantar pensando en un embalse a futuro, por ejemplo.
Si no, se está levantando desde el comienzo un negocio con signo de
interrogación",
explica Ricardo Waissbluth, gerente de operaciones del Comité de Palta Hass.
Otra condición clave es la calidad de las plantas compradas,
pues tiene impacto en la competitividad de cualquier negocio,
ya que las que no cumplen los estándares sanitarios
simplemente no dan todo su potencial productivo.
La receta: diversificar
Hace cinco años, el 98 por ciento de las exportaciones de palta iba a
Estados Unidos.
En la temporada que acaba de terminar el 60 por ciento fue a Estados Unidos.
Buena parte del resto a Europa, gracias a un incremento en las promociones
en Inglaterra, España, Alemania, Suecia y Dinamarca.
Pero aún hay espacio para diversificar.
Hace cuatro años se hacen promociones en Argentina.
En Tucumán, Cuyo, Mendoza y San Juan,
los consumidores demandan cada vez más palta,
llegando en la última temporada a casi 7 mil toneladas.
Otro mercado interesante es Brasil.
Pero antes hay que resolver las trabas.
"Estamos avanzando, pero hay una tira y afloja grande.
Ellos nos piden que bajemos las trabas para productos
que nos envían y hay que ver el tema sanitario", indica Waissbluth.
Japón también es atractivo, pero habría que descomprimir la
concentración de México.
Chile hace bien
La campaña de promoción "Chile hace bien",
que busca posicionar la imagen del país
en distintos mercados del mundo,
debiera replicarse internamente.
Existe la idea de que en Chile se consume mucha palta
(seis kilos per cápita), pero es poco comparado
con los 12 kilos de México.
"Esta temporada el crecimiento del consumo doméstico
y la fortaleza del peso respecto del dólar
hizo que mucha fruta se vendiera en Chile,
mercado que concentró aproximadamente
el 45% de la producción y pasó a ser el principal",
sostiene Adolfo Ochagavía,
presidente del Comité de Palta Hass.
La pelea a las barreras
Hace seis años se instauró una ley en EE.UU.
que obliga a que una parte de la recaudación
por la venta de paltas apoye la promoción del consumo.
Los productores chilenos pegaron el grito en el cielo,
se aliaron a lobbystas y lograron un interesante revés:
hicieron que los fondos fueran destinados
para la promoción de los productos importados.
"El 85% de los fondos que son recaudados
va a promoción de la palta de otros países.
Para Chile, si antes se invertía un millón de dólares en promoción,
ahora se invierten cinco millones", sostiene Waissbluth.
La baja del dólar
La época de oro de la palta, hace una década,
cuando el kilo valía US$ 3 perdió brillo.
Hoy el precio por kilo promedia US$ 1,20
y hasta US$ 0,70, según el calibre.
Eso, a termina siendo aún más bajo
por el deprimido precio de la divisa.
Además de ser más eficientes,
un consejo para una mayor competitividad
es el aumento de los volúmenes.
"Es necesario apuntar a productividades altas,
lo cual hará viable el cultivo en el largo plazo;
ante un escenario de costos crecientes
y de tipo de cambio inestable", sostiene Ochagavía.
Algunas cifras
* El kilo de palta este año bordeó los US$ 1,20;
pero, dependiendo del calibre,
el precio pagado a productor llegó hasta los US$ 0,70.
* La producción para la temporada 2010-2011
fue de alrededor 160 mil toneladas,
de las cuales 88 mil fueron exportadas.
* Si antes se plantaban árboles con distancia de 10 metros,
hoy se hace a 2 metros y medio o 3 metros,
con resultados satisfactorios en términos de rentabilidad, volumen y
calidad de la fruta.
* Hace tres temporadas el negocio alcanzó un récord histórico
de 300 mil toneladas producidas, de las cuales casi 200 mil fueron exportadas.
Microembalses, la innovación
Una de las formas de solucionar los actuales baches es innovando.
Un proyecto en esa línea, implementado en la zona de Petorca,
muestra que con ingenio se pueden solucionar,
al menos en parte, los problemas para la palta.
"A Petorca no llega nieve de la alta cordillera.
Entonces, si hay muchos años de baja precipitación
los acuíferos se ven muy afectados.
Vimos que la forma más rápida de asegurarnos
era juntando agua en invierno
en microembalses inferiores a 50 mil m3,
que tienen muros bajo los 5 metros de altura,
y que están revestidos con geotextil y plástico negro.
Esa agua la podemos bombear a los embalses.
Eso lo mezclamos con otras técnicas
como podar para bajar la altura de los árboles,
cortarlos a tocón, o plantar a cada tres metros,
ya que así gasta hasta diez por ciento menos de agua
respecto de una plantación de 6x6 metros.
Pensamos que al tener agua podemos pasar de producir
40 millones de kilos de palta a 120, con los huertos que están",
explica Osvaldo Jünemann, productor y director del Comité de Palta Hass.
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