por Felipe Assadi
Diario El Mercurio, VD-Vivienda & Decoración,
sábado 9 de abril de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/04/09/vivienda_y_decoracion/postdata20/noticias/89A57E9F-92B8-4E8D-B3C3-286EBE688693.htm?id={89A57E9F-92B8-4E8D-B3C3-286EBE688693}
Utilizando una fotografía de un taco feroz sobre la carretera 5 sur,
un otrora connotado arquitecto holandés, de esos que gustaba de
analizar las sociedades tercermundistas como la nuestra, instaló hace
unos cinco años una discusión acerca de la vulnerabilidad de nuestro
largo y estrecho territorio. Este joven portento dijo, en una
investigación que llevaba a cabo sobre nuestro valle central, que un
camión descompuesto en la mitad de la autopista más importante de
Chile, y por cierto la única que lo une de norte a sur, desconectaría
por completo el país, generando no sólo un colapso vial de
proporciones sino una completa disfunción del territorio, ya que no
había casi alternativas de recorrerlo. Prueba de ello fue el colapso
que provocó el corte de la autopista en varios tramos luego del 27F.
Hubo que echar mano no sólo a vías menores, sino utilizar calles de
pueblos que no estaban preparadas para tal flujo.
En ese contexto la noticia de la reapertura del tren Santiago-Chillán
alivia, pero angustia al mismo tiempo. Alivia porque quienes
utilizamos alguna vez el tren con cierta frecuencia sabíamos que
contábamos con una alternativa segura hacia el sur. Pero al mismo
tiempo la frecuencia delataba, no a mucho andar, que el sistema era
muy precario. Y lo sigue siendo. Pudiendo haber sido un tren que
bordeara los 200 k/h, la imposibilidad de controlar los bordes de la
línea impide cualquier aumento de velocidad. Pese a las
modernizaciones que pudo haber tenido el sistema, sigue siendo un
anticuado y frágil mecanismo, más allá del problema económico que lo
afecta, y que por cierto lo tuvo detenido también muchos años.
Cruces ilegales que aún persisten, viviendas informales y ocupaciones
a la orilla de la línea, niños que cruzan y juegan a pocos metros del
tren, y escasa seguridad incluso en algunas estaciones. Durante este
año, se dice que la instalación de viviendas sobre esta vasta e
inocupada -hasta ahora- tierra de nadie, fue mayor.
POSTDATA: Así es la vida del tren. Al parecer va y viene, y pese a los
designios del holandés, finalmente estamos condenados a la
vulnerabilidad de nuestras vías de conexión.
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS