Las penas del fútbol

por Antonio Martínez
Diario El Mercurio, Deportes,
Domingo 6 de febrero de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/02/06/deportes/deportes/noticias/555C8602-4BD2-465C-85D7-848C1A414447.htm?id={555C8602-4BD2-465C-85D7-848C1A414447}
 
Tiéndase horizontal y hable conmigo o con ella o con alguien, porque
cuando una persona está depresiva y triste,
lo peor es guardarse la pena y la pelota dura, lo mejor es comentarla,
describirla y desinflarla.
 
Adiós maestro, musite en voz baja; adiós Marcelo Bielsa, comente en
silencio; y diga lo que está pensando, sea sincero.
 
En este momento cree que en el mundo del fútbol son todos corruptos,
ignorantes y miserables,
excepto usted, que es justamente el deprimido, e incluso más, a lo
mejor por eso mismo está deprimido:
es distinto y a los distintos los persiguen en los países mediocres e
injustos, donde rápidamente los acusan de herejes o locos.
 
Entonces se siente solo, incomprendido y se manda a cambiar.
¿Ha pensando en el té de hipérico, en una infusión con hojitas de la
Hierba de San Juan?
Es un remedio natural contra la depresión, que como a todos los de su
clase a lo mejor no le hace nada, pero mal no le va a hacer.
 
También piensa que han despreciado a uno de los mejores entrenadores
del mundo y eso es imperdonable,
porque nunca más se va a presentar una constelación así de estelar,
que aún no llega a su esplendor.
Algo como el Cometa Halley: pasa cada 75 años; y lo desperdiciamos.
 
Ya no cree en lo que creía: en Chile y su destino futbolístico, de la
mano sabia de Bielsa.
 
Está angustiado y desesperanzado y no quiere saber de dirigentes, ni
del CDF, ni de periodistas deportivos,
y de ahora en adelante se considera un hincha dañado y desilusionado
que parte al exilio interior.
 
Además, el futuro lo ve negro y cuando vengan las derrotas de la selección
va a estar ahí para denunciarlo y decir: "no ven, yo lo dije y no me
hicieron caso".
 
Incluso más, y esto también lo tiene deprimido, una parte de usted
quiere que al equipo nacional
le vaya mal y que fracase el nuevo entrenador, hasta piensa que sería
mejor que el próximo proceso
y la plana mayor de la ANFP y de los clubes se fueran muy lejos o muy cerca,
pero en el fondo al mismo lugar: a la punta de un cerro o a la cresta.
 
Los puede mandar todavía más lejos, pero eso no se escribe,
porque así se cautela el encanto de lo prohibido.
Hasta puede mandar al país y al universo entero a esa galaxia lejana.
 
Después de ese proceso de sanación, que por cierto es recomendable,
se mejora rápidamente y a la semana, seguro está de vuelta.
 
Lo espera el campeonato, la mechada palta, la Libertadores,
el asado, la Copa América y la pichanga.
 
Y así se pasan las penas del fútbol.

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