Los filósofos políticos clásicos,
como Platón y Aristóteles,
no hablaban de derechos,
sino del bien humano
y de la felicidad humana,
así como de los deberes
y virtudes necesarios
para alcanzarlos.
El uso moderno
del término "derechos"
es más pobre,
porque no abarca
todo el conjunto
de fines superiores humanos
contemplados por los filósofos clásicos.
Sin embargo, también es
más democrático,
universal y fácil de entender.
Las grandes luchas por los derechos
libradas desde las revoluciones
francesas y americana son testimonio
de la prominencia política de este concepto.
La palabra "derecho" implica un juicio moral
(así lo ejemplifica la expresión inglesa:
is that the right thing to do?)
y es nuestra principal puerta al debate
sobre la naturaleza de la justicia
y sobre aquellos fines
que consideramos esenciales
para nuestra humanidad.
Francis Fukuyama
Posthuman Society
[en castellano traducida como
El Fin del Hombre
Suma de Letras, S.L.
Ediciones B (Madrid, 2003)]
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