Perdidos por Antonio Martínez Diario El Mercurio, Deportes, Domingo 16 de enero de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/01/16/deportes/columna/noticias/B47D67F7-2FDD-43DF-856F-BE4F9D17636F.htm?id={B47D67F7-2FDD-43DF-856F-BE4F9D17636F} Dicen que en Chile no respetamos a los que han sido figuras deportivas, algo que parece que es cierto y además se puede comprobar, para eso basta ver el video que muestra a Eliseo Salazar en el Dakar 2011. Iba tras el volante de un Hummer por el desierto, 220 caballos de fuerza, número 327 y un Cristal-McRae Enduro Sport, subiendo en la clasificación general y, ya por una etapa de Jujuy, del puesto 129 había trepado hasta el 83: Eliseo venía ganoso entre las dunas. O al menos eso es lo que muestra el maldito video, porque viene el Hummer haciendo surfing por la arena, luces encendidas, fuerte, valiente y acorazado, bajo el sol candente del norte y un grupo de gente se pregunta "¿Es Eliseo?". Son admiradores y si el piloto se detiene y baja, de seguro que lo abrazan y tocan con cariño, incluso habrían subido ese video a las redes sociales, con un grupo sonriente y orgulloso de posar junto a un deportista que estuvo en la Fórmula 1, las 500 Millas de Indianápolis, las 24 horas de Le Mans y ahora en el Dakar, para completar un circuito que ningún compatriota ha logrado y por eso los espectadores le palmotean la espalda, le dicen 'buena, Eliseo' y hasta le piden un autógrafo, que firma pese a los guantes y bajo el viento, y por eso la letra sale medio chueca, pero la "E" del ídolo, de Eliseo, se ve clarita: gracias, campeón, suerte en la vida, que te vaya bien y que nunca te falte nada. En vez de eso, sucedió lo que sucedió. El Hummer bajó del cerro y dobló hacia la derecha, cuando todo el mundo -es decir, el grupo de pericos sobre la loma- le señalaba lo contrario: la izquierda. La lluvia de agravios empezó sin nubes, saltaron las burlas y risas, hasta que el vehículo se detuvo, dobló y se devolvió en la dirección correcta, entre lo que ya era una lluvia de granizos con ofensas que trataban de ser más duras e insultantes, porque buscaban lo peor, pegarle al ídolo en el blanco, ensuciar la figura y darle donde más le podía doler. Los mismos que se habrían tomado un foto, hasta para enmarcar en el living o poner sobre el televisor, eran los que le gritaban ese cóctel de ofensas y humor, tan divertido como dañino, que busca romper el respeto y la dignidad del ídolo. Las actuales figuras del deporte deberían guardar el video en el celular y verlo de tanto en tanto, porque es divertido, también pedagógico y además, lo más importante, es una forma de imaginar el futuro.
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