Medición de la pobreza y el correcto uso de la metodología

Opinión
por Ricardo Lagos Escobar
Ex Presidente de la República
Muy simple. La forma que tradicionalmente utilizaba la CEPAL consistía
en actualizar los valores tanto de la línea de la pobreza como de la
indigencia, considerando el cambio experimentado por los precios de
los alimentos. Sin embargo, a partir del 2007, y para todos los
países, la línea de indigencia se actualiza mediante la variación del
componente de alimentos del Índice de Precios al Consumidor (IPC),
mientras que la parte de la línea de pobreza que corresponde al gasto
en bienes no alimentarios, se actualiza mediante la variación del IPC
correspondiente.
Este cambio en el criterio de actualización se realizó debido al
notable incremento del precio de los alimentos registrado a nivel
regional, principalmente el 2007 y 2008, que no fue acompañado por un
aumento similar en los precios del resto de los bienes y servicios.
Concluye la CEPAL diciendo "en el caso de Chile, mientras que en el
trienio 2006-2009 el IPC de los alimentos creció en 32,4%, el
correspondiente al resto de los bienes, sólo lo hizo en 6,4%".
Aquí está entonces la explicación, la que el organismo internacional
advirtió en su momento al Gobierno de Chile. Nuestras autoridades
sabían exactamente lo que estaban haciendo y que por su decisión la
cifra que entregarían sería distinta de las cifras que procesa la
CEPAL, el organismo llamado a establecer comparaciones entre las
naciones de nuestra región.
Tras el anuncio de los resultados de la última medición de la CASEN,
la pobreza en nuestro país el año 2009 sería 15,1% como dijo el
Gobierno de Chile. Pero si queremos compararla con otra nación
latinoamericana, entonces debemos recurrir al índice de la CEPAL y
afirmar que la pobreza en Chile afecta al 11,5% de la población.
La diferencia es un problema de sentido común. Si el precio de los
tomates ha subido 40%, entonces hay que considerar de manera íntegra
ese aumento del precio de los tomates para los efectos de la canasta
de alimentos que se aplica para indigencia. Pero si el precio de los
zapatos ha subido un 5%, para la línea de pobreza, habrá entonces que
incorporar sólo ese mayor valor de los zapatos y no creer, que al
igual que los tomates, creció un 40%.
Este es el tema. El Gobierno de Chile lo que hizo fue aplicar el
crecimiento del valor de los tomates a los zapatos. ¿Tiene eso algún
sentido? ¿O es simplemente el deseo de decir por esta vía: "dado que
el precio en el pasado de los tomates y los zapatos eran similares,
ahora el Gobierno de Chile ha decidido por razones políticas decir que
todo se mide por el precio de los tomates"? Esto es grave y el
ministro (Felipe Kast) debiera explicarlo, porque el Gobierno estaba
al tanto de ello.
Entre los años 1999 y 2009 la irrupción del alza de la canasta de
alimentos se ve con claridad. Es obvio que al aplicar el índice de
alimentos para medir pobreza -que es más que alimentos (vestuario,
transporte, salud, educación, etc.)- se produce una distorsión, de ahí
que la metodología de CEPAL es la correcta.
Lo que no explica el ministro es por qué no se aceptó lo sugerido por
CEPAL, a sabiendas que hasta esa fecha era ese organismo el que con la
encuesta CASEN entregaba las cifras de pobreza. Usar el mismo
indicador, cuando este deja de ser representativo de lo que se quiere
medir, es introducir un error en la medición de la pobreza.
Comparto la importancia de ganar "la batalla contra la pobreza" y en
los últimos 20 años sin duda que en Chile se ha ido ganando con
rapidez.
Se anuncia ahora una CASEN especial, ad-hoc post terremoto, para medir
de nuevo quiénes y cuántos son nuestros compatriotas viviendo en la
pobreza. Chile es un país serio, cuyas cifras estadísticas se basan en
metodologías adecuadas y de común acuerdo con las de la comunidad
internacional.
Así, históricamente, hemos eliminado toda suspicacia y evitado se
piense que en nuestro país se juega con las estadísticas para obtener
provecho político. No quiero pensar esto para Chile.
Lo único que espero es que el señor ministro recapacite respecto de la
decisión que tomó en este punto. Eso le haría bien a Chile y
seguiríamos participando en la comunidad internacional, con una
metodología homogénea y cifras estadísticas comparables dentro y fuera
de nuestro país.
…
Opinión
Medición de la pobreza: ¿hagámonos trampa en el solitario?
por Pablo Longueira
Senador UDI
Diario El Mercurio, Martes 07 de Diciembre de 2010
http://blogs.elmercurio.com/economiaynegocios/2010/12/07/medicion-de-la-pobreza-hagamon.asp
Muy simple. Porque eso es lo mismo que hacerse trampa en el solitario.
¿Para qué nos engañamos nosotros mismos? La seriedad mínima de
cualquier indicador que mide la pobreza es la continuidad en el tiempo
de su metodología, precisamente para poder comparar con cierta
rigurosidad la evolución de ésta. Esa misma seriedad sugiere que el
óptimo, si se llega a introducir un cambio metodológico, es que se
debe fundamentar y justificar técnicamente y, además, continuar con
ambas series para comparar dicho cambio.
En efecto, el año pasado -después de varios intentos frustrados en
años anteriores- logré que el Gobierno patrocinara una indicación a la
Ley de Presupuestos en la Partida del Ministerio de Planificación
(glosa 08) del siguiente tenor:
"Durante 2010, la Subsecretaría de Planificación deberá entregar a la
Comisión Especial Mixta de Presupuestos, a partir de los resultados de
la CASEN 2009, un informe que contenga la mención de la línea de
pobreza, de acuerdo a la canasta de necesidades básicas vigente para
el año 2009 y la nueva canasta de necesidades básicas que determine la
Cepal, el primer semestre del 2010".
Lamentablemente, la Cepal aún no entrega la nueva composición de la
canasta, temo que ello se deba a que las familias bajo la línea de la
pobreza aumentarán aún más. No está de más recordar que ella no se
modifica desde los últimos años de la década del 80. De igual forma,
usted podrá observar que para introducir y aprobar dicho cambio
metodológico se planteó en la glosa continuar simultáneamente con
ambas mediciones.
Dado que esta indicación requería el patrocinio del Ejecutivo, fue
firmada por la ex Presidenta Bachelet y el ex ministro de Hacienda
Andrés Velasco.
¿Nos puede indicar el ex Presidente Lagos en qué parte de la glosa se
señala que se debe reajustar los precios de la canasta de necesidades
básicas según la nueva y sorprendente forma en que la Cepal decidió el
año 2007 reajustar la línea de la pobreza? ¿Qué norma legal obliga al
Gobierno a introducir esa nueva forma de reajustar los precios de la
canasta que la hace bajar de $64 mil a $55 mil la línea de la pobreza
en Chile? ¿Se podrán imaginar los lectores el escándalo que hubiesen
armado los personeros de la Concertación si el reajuste hubiese sido
al alza y el Gobierno hubiese señalado que aumentaron los pobres,
introduciendo injustificadamente el cambio metodológico?
Por ser poco serio, nadie presentó en la discusión presupuestaria
dicho cambio metodológico y es por ello que resulta hoy muy chocante
ver a importantes políticos de la Concertación -ya que afortunadamente
aún no he leído a ningún experto serio en temas de pobreza de dicho
conglomerado- exigiendo que ahora en Chile dejemos de reajustar la
canasta por el IPC y lo hagamos por el "IPC Cepal", ya que sin ninguna
política pública lograremos que milagrosamente 600 mil personas en
forma automática salgan de la pobreza.
Espero sinceramente que en vez de que el ex Presidente siga exigiendo
que el ministro Kast recapacite, lo haga él.
Nada le convendría más al Gobierno de la Alianza que acoger el cambio
que sugiere el ex Mandatario, ya que al modificar de esa forma la
línea de la pobreza en nuestro país, todas aquellas personas con
ingresos per cápita mensuales entre $64 mil y $55 mil dejarían
automáticamente de ser potenciales beneficiarios del Ingreso Ético
Familiar, bajando en forma considerable los cuantiosos recursos para
esta notable política pública que apunta a erradicar en primer lugar
la indigencia y luego la pobreza sin hacerse trampa en el solitario.
Esto es asignando los recursos necesarios para que las familias más
vulnerables del país cuenten con un ingreso que les permita pagar
efectivamente el costo real de la canasta básica y no acomodar el
reajuste de los precios de dicha canasta de acuerdo a las
conveniencias para que haya más o menos chilenos bajo la línea de la
pobreza.
...
Opinión
Lo único que importa: la pobreza bajó
por Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda; y Alejandro Micco,
profesor del Departamento de Economia, Universidad de Chile.
Diario El Mercurio, Jueves 09 de Diciembre de 2010
http://blogs.elmercurio.com/economiaynegocios/2010/12/09/lo-unico-que-importa-la-pobrez.asp
 
En medio del debate respecto de la evolución de la pobreza, dejemos de
lado tanto los tecnicismos innecesarios como los intentos de sacar
ventajas políticas para tratar de ir al meollo del asunto.
El cálculo de la pobreza no es un fin en sí mismo, sino un instrumento
para evaluar el avance de nuestra sociedad. Lo importante es saber si
después de tres años las políticas sociales y la evolución de nuestra
economía, inclusive en medio de una crisis internacional, han logrado
o no sacar de la pobreza a más chilenos.
¿Cómo se hace esto? En todos los países del mundo se define como pobre
a un hogar cuyos ingresos no le alcanzan para comprar una canasta
básica que contiene tanto alimentos - por ejemplo, un kilo de pan-,
como otros bienes no alimentarios -por ejemplo, un par de zapatos-.
Nada de esto es polémico ni se cuestiona en el actual debate. Por eso,
la respuesta a la siguiente pregunta tampoco debería ser materia de
polémica: ¿El porcentaje de hogares en Chile a los que no les alcanza
la plata para comprar esa canasta que incluye un kilo de pan y un par
de zapatos, aumentó o bajó entre el 2006 y 2009?
La respuesta a esta pregunta es simple y una sola: este porcentaje bajó.
Los resultados de la encuesta Casen 2009 no dejan dudas al respecto. A
pesar de la crisis económica, el aumento de los ingresos de los
hogares de Chile - tanto de su trabajo como de las transferencias
sociales-, permitió que en el 2009 más hogares chilenos pudieran
comprar un kilo de pan y un par de zapatos que los que podían en el
2006. Este es un indicador -obviamente no el único- que muestra que,
en términos materiales, los hogares chilenos estaban mejor el 2009 que
tres años antes.
Entonces... ¿por qué tanto debate? Para ver si con los ingresos del
2009 se podía o no cubrir el nuevo costo de la canasta, la Cepal
estimó que su precio en el 2009 era el precio del 2006 ajustado por la
variación del precio del kilo de pan y por la variación del precio del
par de zapatos. El Gobierno, por su parte, utilizó sólo la variación
del precio del kilo de pan para reajustar tanto el valor del pan como
el de los zapatos.
No hay que devanarse mucho los sesos para concluir que el método de la
Cepal es preferible. Especialmente dado que los precios del pan y de
los zapatos se habían comportado de modo muy distinto entre el 2006 y
el 2009: los alimentos subieron 36% en ese período, mientras que el
resto de los bienes (incluyendo a los zapatos) subieron sólo 6%. Usar
el método del Gobierno implica un error de proporciones en el
verdadero valor de la canasta, y por lo tanto un error de proporciones
en la medición de la pobreza.
La razón por la cual el Gobierno eligió el método que eligió es, a
estas alturas del partido, casi anecdótica. El ministro Kast y el
senador Longueira dicen que se optó por un método a todas luces
erróneo porque ese mismo método se había usado antes. Dicho en la
jerga de los economistas, se procedió así para preservar la
comparabilidad en el tiempo de la medición.
Para tomarle la temperatura al niño, el Gobierno prefirió seguir
usando el mismo termómetro de antes, aunque el termómetro estaba roto
y aunque el médico (en este caso la Cepal) le había hecho ver que
estaba roto.
Usando el termómetro bueno, vemos que la pobreza en Chile bajó. Al
momento de evaluar nuestras políticas públicas, esto es lo único que
importa.
…
La “pobreza” de los argumentos de Lagos-Velasco
por Sergio Melnick
Diario La Segunda,
Jueves 09 de Diciembre de 2010
http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2010/12/09/la-pobreza-de-los-argumentos-d.asp
 
Gran polémica se ha abierto en relación con las cifras de la pobreza en Chile,
mostrando una vez más cómo en la izquierda pesa más el voluntarismo
que las realidades.
 
Lo cierto es que en la administración Bachelet la pobreza aumentó en
más de 350 mil personas.
 
Ricardo Lagos, con gran arrogancia intelectual, salió al ruedo
exigiendo explicaciones al Gobierno
por el cambio de la metodología, que había entregado esta cifra tan
lesiva para la Concertación.
 
Y cuál no sería la sorpresa del país al constatarse que la que cambió
realmente la metodología había sido la Cepal y no precisamente el Gobierno.
 
Lagos había mentido.
 
Mideplán había seguido exactamente
la misma metodología que usó la Concertación,
y que fue diseñada antes de que llegaran al poder.
 
Después sale al debate Andrés Velasco,
que en materias metodológicas
no ha sido muy coherente en el tiempo:
recordemos que su manera de comparar
las cifras de inversión en Chile
fue también adaptando las metodologías
hasta que se ajustaran al voluntarismo gubernamental;
cuando todos sabían que la inversión había bajado,
para Velasco estaba subiendo.
 
Igual cosa ocurrió
cuando Chile estuvo en recesión,
y para Velasco no lo estábamos.
 
Velasco-Bachelet garantizaron públicamente
que la economía crecería en 2009, pero el PIB cayó.
 
Finalmente, tenemos el numerito del déficit fiscal,
donde Velasco nunca aceptó la nueva metodología
que muestra que el verdadero déficit
es tres veces mayor al que él calculó.
 
¿Qué sostienen ahora Lagos y Velasco?
 
No lo van a creer:
afirman que ya no es pobre
el que no llega a $64 mil por persona,
sino el que no llega a $56 mil.
 
Tal cual.
 
Así, entre la Cepal, Lagos y Velasco
hacen desaparecer 600 mil pobres en Chile,
que ya no califican para la ayuda estatal prioritaria.
 
¡Y Velasco dice que yo soy el mago!
 
Lo cierto es que la línea de los $64 mil probablemente ya es baja,
y lo que hay que hacer es subirla, ajustada a la realidad actual,
justo al revés de lo que quiere la Concertación.
 
Porque también podríamos usar
la cifra del Banco Mundial ($25.000)
y así desaparece la pobreza en Chile.
 
Entonces, ¿cuál es la verdadera explicación de este nuevo debate?
 
Se trata de un tema absolutamente político y no técnico.
 
Cualquier técnico sabe de la importancia
de las series coherentes
para hacer comparaciones efectivas
y medir políticas en el tiempo.
 
También Velasco y Lagos
lo saben muy bien:
son economistas con doctorado.
 
Si la Cepal quiere hacer comparaciones
entre países con sus propias metodologías,
tiene todo el derecho a hacerlas,
pero eso no sirve para medirnos con nosotros mismos,
que es lo que hacemos hace casi 30 años.
 
Aquí sólo sirve la serie con igual metro o el mismo termómetro.
 
Por eso en Chile, por ejemplo,
se mantienen dos encuestas de empleo,
que dan números distintos.
 
Es la serie la que sirve.
 
No deja de ser notable
que una persona clave del segundo piso de Lagos
sea un asesor actual de la secretaría ejecutiva de la Cepal.
 
Se sabe muy bien qué puntos calza ésta.
 
Según ha señalado Longueira,
la Cepal se había comprometido
a un estudio de compatibilización
de las líneas de la pobreza
con la realidad actual,
pero no lo ha entregado,
y se sabe que está listo.
 
¿Quién mueve estos hilos?
 
De hecho, la línea de pobreza que usamos hoy
sigue anclada en la realidad de los 80.
 
Si ajustamos la medición a la nueva realidad del siglo 21,
la pobreza en Chile sería quizás del 25% o más.
 
Más aún, el ministro Larraín,
en tiempos de Bachelet, demostró,
con las mismas cifras de la Casen del Gobierno,
que la pobreza real era cercana al 30%,
y por supuesto que la Concertación
no aceptó entonces que se cambiaran las formas de medir.
 
A Velasco le apasiona escribir novelas.
 
Esta es otra más.
 
La Cepal cambió esta manera de medir en el 2007,
cuando era gobierno la Concertación.
 
¿No le parece un poco raro todo esto?
 
¿Y por qué la Concertación
no cambió nunca la metodología
en 20 años de gobierno?
 
No lo hizo, porque si la cambiaba,
ya no se podía comparar hacia atrás.
 
La Concertación siempre ha creído
que las buenas intenciones
y las comunicaciones
resuelven por sí los problemas.
 
En el gobierno Bachelet-Velasco
la pobreza aumentó en Chile;
eso dicen los datos duros relevantes.
 
El resto es música política para desviar la atención.
 
Tan absurdo es este debate,
que desaparecieron 600 mil pobres en Chile.
 
La política de la Concertación parece ser
el apagar la luz cuando hay desorden
y así creer que éste “desapare

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