John Lennon en el país sin maravillas

Biografía Sobre la vida del polémico Beatle:

por Patricio Tapia


A 30 años de su asesinato, la biografía del más problemático y
mitologizado de los Beatles es detalladamente narrada por Philip
Norman.


Apesar de la imagen de rebelde salvaje que cultivó buena parte de su
vida y a pesar de sus fracasos escolares debidos a la cimentación de
esa imagen, John Lennon fue siempre muy libresco, un lector cuidadoso
y sofisticado. De la tía que lo crió adquirió el amor por la lectura,
que para él era como un hambre física e insaciable: cuando niño leía
toda la literatura infantil disponible, aunque sus libros favoritos -y
lo seguirían siendo después- eran los de Alicia, de Lewis Carroll: por
su anarquía disfrazada de corrección, por sus juegos de palabras, por
su lógica demente.


Según sostiene Philip Norman, el último y más minucioso de sus
biógrafos, en el bestiario de Carroll había varias encarnaciones de
Lennon en su futuro: "el hiperactivo del Sombrerero Loco, el Lirón, la
Oruga Azul que chupaba con gusto de su pipa de agua, el Gato de
Cheshire y su risa desdeñosa, la propia Alicia cuando experimenta con
píldoras y pociones que transforman la vida". Quizá debería haber
mencionado al más melancólico de los personajes de Alicia: la Falsa
Tortuga, que canta, con letras absurdas y juegos de palabras, las
penas que la atormentan.


Porque "John Lennon", de Norman, escrita con la bendición inicial de
Yoko Ono y la cooperación de Paul McCartney (aunque ambos se mostraron
disconformes con el libro final) es un esfuerzo panorámico,
profusamente detallado e investigado con celo forense, sobre la vida
del más problemático de los Beatles, cuyo final trágico no se aleja
demasiado de las tragedias que lo acompañaron desde su infancia. Ya a
los 27 años, Lennon había sufrido cuatro grandes pérdidas y pasó la
mayor parte de su vida en un estado de inquietud, muchas veces de
angustia, y sólo en sus últimos años, viviendo en Nueva York, dedicado
a cuidar de su segundo hijo, encontró cierta calma.


Familias


Norman dedica mucha atención a sus circunstancias familiares: Lennon
tuvo prácticamente dos madres, la biológica, Julia, y la que lo crió,
su tía Mimi, cuando sus padres se desentendieron de él. Aunque creía
que era un hijo no deseado, Norman sostiene que había demasiadas
personas que lo querían más de la cuenta. Su infancia en el Liverpool
de los años 40 y 50 fue, en su mayor parte, idílica y mucho más
burguesa que lo que él mismo dejaba entrever: el futuro "héroe de la
clase obrera", como decía una canción tardía, creció en una casa
equipada con timbres para llamar a la servidumbre. Norman es
particularmente hábil en aclarar los matices de clase y sociales
ingleses.
Si bien ni su madre ni su padre abandonaron propiamente a Lennon (ella
se fue con otro hombre, pero dispuesta a cuidarlo; él se fue a
trabajar como marinero, pero también dispuesto a hacerse cargo del
niño), la tía Mimi asumió la responsabilidad de criarlo, junto a su
marido, el tío George, con el que John Lennon tuvo una relación llana
y sin complicaciones. Niño mimado, con dotes para el dibujo. Toca la
armónica y la guitarra. Rebelde en el colegio y temperamental, se ve
muy afectado cuando su tío George muere.


A John le gusta el rock (su mayor ídolo es Elvis Presley). Pronto
forma su primer grupo, los "Quarrymen". Luego conoce a Paul McCartney
(en julio de 1957): son polos opuestos, aunque en sus orígenes y
ambiente familiar eran parecidos (Paul había perdido a su madre, por
cáncer, en 1956). En 1958, un policía fuera de servicio atropelló y
mató a la madre de Lennon, quien la adoraba (al punto de sentir, según
revela Norman, deseos incestuosos). De allí comienza la configuración
del grupo más célebre de la música popular del siglo XX. A ellos más
tarde se unirá George Harrison, amigo de McCartney. Cuentan con un
baterista y un estudiante de arte, brillante y atormentado, Stu
Sutcliffe, amigo de Lennon, en el bajo. El nombre del conjunto, de
inspiración entomológica siguiendo a los Crickets (grillos) de Buddy
Holly, fue Beetles (escarabajos) que para hacerlos menos repugnantes
transformaron en Beatles . Todos viajan a Hamburgo, en Alemania,
trabajando en el "barrio rojo", con presentaciones de varias horas por
día. Se encuentran con Ringo Starr, al que después integrarían como
baterista. Y en Hamburgo se queda Stu Sutcliffe, quien moriría a los
21 años, en 1962, por una hemorragia cerebral (una hermana de
Sutcliffe alguna vez sostuvo que podría caberle responsabilidad a
Lennon, que lo habría golpeado años antes).


Juntos y separados


Otra historia de tragedia es la de Brian Epstein, un judío de familia
acomodada y homosexual, que se ofreció como mánager del grupo y de
quien Norman destaca su corrección y altruismo. Epstein estuvo siempre
enamorado de Lennon, que solía ser sumamente cruel con él, tirándole
cerveza por el cuello o insultándolo. Epstein se suicidó en 1967. Pero
Lennon también dio muestras de crueldad con muchos otros cercanos,
además de la indiferencia y descuido con su primera esposa, Cynthia, y
su hijo, Julian.


Los años de éxito con los Beatles son narrados fundamentalmente desde
la perspectiva de Lennon, con detalles de composición de la dupla con
McCartney, datos sobre el origen de algunos temas y su
contextualización histórica. Sus discos, sus viajes. Particularmente
importante es la primera gira a Estados Unidos, cuando se produce su
actuación en un programa en directo, con la audiencia televisiva más
grande hasta entonces en el país (73 millones de personas). Por otra
parte, también en Estados Unidos se reproduce una entrevista previa,
en la que Lennon dice que los Beatles son "más grandes que Jesucristo"
desatando un escándalo y la posibilidad de un ataque. Ahora, fueran o
no más grandes que Jesucristo, parece que eran más pequeños que el
régimen de Marcos en Filipinas: en Manila declinaron una invitación
del presidente y la primera dama, lo que generó la indignación de la
prensa y una serie de represalias persecutorias, desde las
recaudaciones en el Teatro o la comida en el Hotel hasta los servicios
en el aeropuerto.


En el tratamiento de Yoko Ono, la mujer que siempre ha sido culpada
del quiebre de los Beatles, Norman sostiene que el fin del grupo se
habría producido con o sin ella. Y la diminuta artista japonesa, de
familia rica y eminente, lejos de ser una oportunista, habría
rechazado las primeras aproximaciones de Lennon y -con el consumo de
todo tipo de drogas en conjunto- fue una ayuda para Lennon en sus
inmersiones en la desesperación y el asco de sí mismo que tenía cada
año.


De la época posterior a los Beatles se ocupa poco: menos de 200
páginas dedica a los últimos 10 años de Lennon. Las persecuciones del
FBI, el "fin de semana perdido" que duró más de un año, alejado de
Yoko Ono y su secretaria May Pang como amante, entre otras. A
propósito, Lennon habló de ese período como "The Lost Weekend",
tomándolo de una película de Billy Wilder de 1945; y si bien es cierto
que la película se tradujo como "Días sin Huella", no parece adecuado
llamar, como hace la versión castellana, "días sin huella" a ese
período.
El relato concluye un tanto abruptamente con la muerte de Lennon,
cuando un fanático, Mark David Chapman, con cinco disparos, lo asesinó
a la entrada del edificio Dakota donde vivía, el 8 de diciembre de
1980. Se incluye un epílogo, con los recuerdos de su hijo Sean y los
cinco años que vivió junto a Lennon.


Tragedias


Si los Beatles fueron una industria infinita, en que incluso su
disolución y peleas fueron grabadas para las cámaras -y Norman es el
autor de una de las mejores biografías de los Beatles ("Shout!",
1981)-, Lennon, por las circunstancias de su vida y también muerte, ha
acaparado mayor atención. Las últimas biografías importantes suyas, la
extremadamente malévola de Albert Goldman ("The Lives of John Lennon",
1990) y la adulatoria de Ray Coleman ("Lennon", 1984), son superadas
por el trabajo de Norman, que se plantea en un punto intermedio: lo
valora como un genio, pero no desconoce las debilidades del músico:
desde que sentía fobia por la gente con discapacidades físicas o
intelectuales hasta su dureza con los más cercanos. Su humor dependía
mucho de qué tipo de sustancia, además de la sangre, circulase por sus
venas: era particularmente irascible cuando el porcentaje de alcohol
era excesivo.


Norman se preocupa de los detalles: que su primera guitarra se la
compró su madre, Julia, y no su tía Mimi; que la frase "A Hard Day's
Night" la habría acuñado Lennon y no Ringo; que los Beatles no fumaron
marihuana en Buckingham Palace cuando recibieron la Orden del Imperio
Británico. O incluso, señala la patente del auto que atropelló a la
madre de Lennon. Entrega revelaciones o aclaraciones: su supuesta
atracción homosexual por McCartney, que niega. Lo mismo que la que
posiblemente haya tenido con Sutcliffe y Epstein (Norman refuta el
rumor de un amorío con él en las vacaciones que pasaron juntos en
España). Señala que la tendencia homoerótica de Lennon era más
estética que carnal, bajo el principio de que un bohemio debía probar
de todo.


En su primer álbum en solitario de Lennon "John Lennon/Plastic Ono
Band" (1970), la primera canción es "Madre", que comienza diciendo:
"Madre, me tuviste /pero yo nunca te tuve" y termina en un grito
angustiado "Mamá, no te vayas. Papá, vuelve a casa". Quizá si la mayor
figura trágica del libro sea el padre de Lennon: Alf Lennon,
normalmente caricaturizado como un bueno para nada que lo habría
abandonado. Aquí aparece como un sujeto más complejo: alguien que
siempre lamentó no cuidar de su hijo y que reapareció muchas veces
para acercarse a él, alguien que no buscaba los bienes de su hijo
millonario, sino su perdón.

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